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Dos tripulantes gallegos del Argos Georgia fueron evacuados al hospital nada más aterrizar en Santiago

Xurxo Melchor / E. Abuín / A. Pascual / A. Gerpe REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

El avión que los ha repatriado aterrizó en el aeródromo de Lavacolla cerca de las 13 horas. Retomará el vuelo para llevar a otros nueve supervivientes a Madrid

28 jul 2024 . Actualizado a las 15:31 h.

A las 12.59 horas de este domingo aterrizaba en el aeródromo militar de Lavacolla el Airbus 330 que traía repatriados a 13 de los 14 supervivientes del naufragio del Argos Georgia, el pesquero anglo-noruego con bandera de Santa Elena que se hundió a 170 millas al este de las Malvinas. En esta primera parada en Santiago descendieron los cuatro supervivientes gallegos: José Saborido, capitán del pesquero; Ramón García, jefe de máquinas; José Ramón Hombre, primer oficial, y Francisco Gondar, segundo oficial del barco. Los tripulantes han estado acompañados durante el vuelo por personal de la Unidad Médica de Aeroevacuación porque había náufragos que necesitaban asistencia médica. De hecho, a pie de pista esperaban dos ambulancias que, tras descender los marineros, abandonaron el recinto militar con las luces puestas para trasladar al hospital al capitán y al primer oficial. 

A Santiago se desplazaron sus familiares, así como autoridades locales y del Gobierno central y autonómico. Además de los allegados, estaban el delegado del Gobierno, Pedro Blanco, la subdelegada en A Coruña, María Rivas, así como el presidente gallego, Alfonso Rueda, y el conselleiro de Mar, Alfonso Villares.

Está previsto que el avión despegue de nuevo hacia Torrejón, donde tiene su base, para hacer llegar desde Madrid a los dos observadores, el barcelonés Pere Hernández y la albaceteña Amparo Burguillos, a sus respectivos hogares. Ese será el destino de otros siete supervivientes de distintas nacionalidades. La armadora se encargará de repatriarlos desde Madrid a sus respectivos países de origen «tan pronto como sea posible».

Autopsia de los fallecidos

El Gobierno también pretendía repatriar con los vivos a las víctimas del naufragio, los gallegos César Acevedo, patrón de pesca, y Santiago Leyenda, cocinero. Para eso viajaba en el Airbus A-330 un diplomático de la división de Emergencia Consular, para agilizar los trámites y poder viajar a España lo antes posible. Pero los protocolos de las autoridades británicas exigen que se les practique la autopsia a las víctimas antes de repatriarlas. Y en un territorio de ultramar como son las Malvinas, no abundan los servicios más allá de los básicos. De ahí que los cuerpos vayan a ser enviados al condado de Oxfordshire, en Inglaterra, para realizarse la autopsia que determine la causa del deceso en ambos casos.

La familia de Santiago Leyenda, el cocinero de Baiona, tenía ayer más dudas que certezas sobre el operativo una vez se cumplan los trámites protocolarios. Y cada vez les cuesta más mantener la calma ante la «falta de información» para conocer las fechas en que finalmente llegarán los cuerpos a Galicia. El sábado les comunicaron que sus restos serán trasladados a Oxfordshire para las autopsias (donde se encuentra una de las bases militares del Reino Unido) porque así lo establecen las autoridades británicas. «Pero desde ese día por la mañana no hemos tenido más noticias sobre cuándo los traerán de Malvinas y eso nos inquieta porque no hay demasiadas frecuencias de vuelos hasta el archipiélago», explicaban ayer los allegados desde Baiona. La subdelegación del Gobierno ni tampoco en instancias más altas son capaces de trasladarles información concisa sobre los procesos de la autopsia, «cuántos días durará, si es necesario que vayamos hasta allí... Ni siquiera si los enterrarán en el Reino Unido», lamentan. En un comunicado, la armadora Argos Froyanes simplemente explica que las víctimas «pronto dejarán las Malvinas» y tras cumplir las formalidades en el Reino Unido, «serán devueltas a sus seres queridos».

La comunicación con las Administraciones en España está siendo fluida, «pero es que no sabemos nada concreto y esta es una situación de por sí muy difícil», advierten sobre las consecuencias de tanta incertidumbre.

En circunstancias parecidas se encuentran los allegados de César Acevedo, nacido en la parroquia de San Miguel de Oia, en Vigo, y establecido en Valadares. También el pasado martes se confirmó su fallecimiento tras el hundimiento del palangrero a bordo del que trabajaba como patrón de pesca.

Búsqueda de los desaparecidos

Ahora que ha amainado el temporal —de tal magnitud que el lunes provocó la entrada masiva de agua que acabó llevando a pique al pesquero de la empresa mixta Argos Froyanes—, Malvinas ha reanudado el operativo para tratar de dar con los cuatro tripulantes que continúan desaparecidos. Entre los que faltan están el ribeirense Juan Antonio García, Pichón, y el noiés Antonio Barreiro. Un avión realiza la búsqueda desde el aire y recoge información de la zona en la que se produjo el hundimiento y, por mar, rastrean el área la patrullera Pharos y un pesquero de la misma casa armadora que el Argos Georgia, el Argos Helena.

El pesquero con bandera de Santa Elena llevaba una tripulación de 27 personas, de la que diez eran españolas. Catorce están a salvo, nueve han muerto y cuatro continúan desaparecidos en el Atlántico Suroccidental.

Malvinas ofrece apoyo psicológico a su población, conmocionada por la tragedia 

El Gobierno de Malvinas ha puesto a disposición de la población de las islas el Servicio de Bienestar Emocional (EWS), al que pueden dirigirse aquellas personas que no hayan superado el desasosiego a causa del naufragio del Argos Georgia, un suceso traumático que ha impactado fuertemente en una comunidad de unas pocas miles de personas. Las autoridades explican en las redes que hay muchos habitantes que han confesado sentirse conmovidos y angustiados por lo ocurrido. Al tiempo que ofrecen el servicio a las alrededor de 3.800 personas que habitan en el archipiélago, tratan de tranquilizarlos señalando que «es una reacción muy natural ante un desastre como este, especialmente en una comunidad tan pequeña y unida».

Además de dar recomendaciones para afrontar la reacción ante la situación traumática, facilitan un teléfono y un correo electrónico para obtener apoyo de forma absolutamente confidencial.

Lo cierto es que la comunidad local se volcó con los náufragos, según detallan las autoridades malvinenses. Fueron atendidos por los voluntarios de Lighthouse Mission Seafarers (versión malvinense del apostolado del mar), que facilitó ropa y otros artículos de primera necesidad donados por los ciudadanos de Puerto Stanley, pues todas las pertenencias de los náufragos se quedaron dentro del malogrado Argos Georgia.