Cerca de 27.000 salmones escapan de una piscifactoría en Noruega y la empresa ofrece una recompensa a quien los capture
SOMOS MAR

Una tormenta dañó una de las instalaciones de la compañía Mowi, una de las principales productoras de la especie en todo el mundo. Los ecologistas advierten del impacto ambiental que puede tener la fuga de estos ejemplares
17 feb 2025 . Actualizado a las 19:13 h.Dyrøy es un municipio de la provincia de Troms, en Noruega. Allí, entre fiordos, viven literalmente más salmones que personas —hay cerca de 1.000 habitantes—. La compañía Mowi, una de las más potentes del mundo en el cultivo de esta especie, tiene ubicada una de sus piscifactorías. Y de ella se han escapado recientemente 27.000 ejemplares de salmón del atlántico. La compañía ha ofrecido una recompensa por cada uno de ellos. Pagará 500 coronas noruegas, unos 43 euros, por cada salmón que se recupere.
La Dirección de Pesca de Noruega informó el domingo de la fuga de los peces. Todo sucedió a raíz de una potente tormenta: uno de los tanques se rompió y los trabajadores encontraron un agujero en uno de los anillos superiores. Las autoridades noruegas inspeccionaron las instalaciones el lunes, exigiendo a la empresa que ampliara sus esfuerzos para capturar a los peces. De los 105.000 salmones que había en la piscifactoría, la empresa calcula que pueden haber escapado un 25 %.
Riesgo para el medioambiente
La compañía ha explicado que se trata de una «situación grave» y que los ejemplares capturados por pescadores registrados podrían ser entregados en «centros de recepción» a cambio de la recompensa de 500 coronas. Los peces que escaparon estaban listos para ser «cosechados» y pesaban cerca de 5,5 kilogramos.
El incidente es «preocupante», según los ecologistas, porque los salmones que se han escapado pueden acabar siendo un enorme problema medioambiental. Esta especie puede poner en peligro al salmón salvaje, reduciendo su diversidad genética. «La ciencia ha demostrado que el cruce entre poblaciones silvestres y salmones de piscifactoría produce crías que, a largo plazo, tienen una baja tasa de supervivencia en la naturaleza», explicó Pål Mugaas, portavoz de Norwegian Salmon Rivers, al diario británico The Guardian.
El comité científico asesor noruego para el salmón del Atlántico considera que la fuga de salmones de piscifactoría es una de las mayores amenazas para el salmón salvaje. Se estima que en Noruega, dos tercios de las poblaciones de salmón atlántico presentan interferencia genética con estos ejemplares escapados.