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El dron M30 que pilotan los policías locales Rubén García y Jorge Raposeiros pilla a 66 mariscadores sin licencia al año. El Concello de Vigo quiere usarlo ahora en el rural contra las carreras ilegales: «Es un pequeño fórmula uno, puedo jugar con él y pasar entre las grúas»
27 feb 2025 . Actualizado a las 13:52 h.«Ponte a 40 GL, vamos a revisar las rocas, dame visión de cámara térmica», dice el operador de drones de Vigo, Jorge Raposeiros, al piloto Rubén García. Ambos pertenecen a la Unidad Fénix de la Policía Local de Vigo.
Dos grandes pantallas instaladas en una mesa de mando junto al furgón policial muestran imágenes de unos puntos rojos de calor que se mueven por las rocas en Cabo Estai. Al ampliar la imagen, el operador comprueba que es una falsa alarma, se trata de una pareja que pasea por la playa. Acumulan más de 3.000 horas de vuelo y realizan 270 operaciones al año. Solo en el 2024, sus dos drones detectaron a 66 furtivos entre O Portiño, en Cabo Estai, y Chapela. A veces, Rubén García y Jorge Raposeiros, están seis horas controlando la costa para nada pero siguen ganando experiencia.
«Desde aquí nos podemos desplazar a Toralla. Nadie sabe que va a venir un dron, jugamos con el sol y con el viento, con esta cámara del dron podemos ver gente en la playa de las Cíes», dice el agente. A su lado tiene un mapa impreso de Google con la costa y unos gráficos con las mareas.
La concejala de Seguridad, Patricia Rodríguez, indicó que los resultados del dron «son óptimos». Recalca que la Policía Local es una «parte estratégica» de la seguridad de la ciudad y «esta tecnología nos permite hacer una vigilancia más ágil». Añade que «en estos momentos nos reconocen que nuestro software es uno de los mejores». Está a favor de ampliar agentes «con esta formación y destreza» y propone que los servicios se extiendan al rural para detectar excesos de velocidad y sorprender a pilotos que hacen carreras ilegales. Lo están usando para eventos como la media maratón de la Vig Bay o en grandes conciertos, para mapear la zona y controlar que las vías de evacuación estén limpias.
Pero, de momento, la misión más importante del dron es cazar a buzos ávidos de marisco de calidad que caen en la tentación de meterse en el bolsillo más capturas de las autorizadas. O Portiño es rico en erizos, pulpo, centolla y nécoras. En los arenales de Toralla, hay mucha centolla. En Bouzas, andan a las almejas y en A Guía, atacan a pie a almejas enormes y otros bivalvos. «La ventaja que tenemos en esta ría es que es un ecosistema tal que cofradías de otros sitios vienen a buscar la cría de mejillón por su calidad y cantidad porque arriba no se les daba», dice Raposeiros.
Toda esta riqueza natural era esquilmada impunemente por los furtivos pero ahora se han vuelto más cautos. Desde hace dos años, un par de drones de la Policía Local hacen barridos por la costa con cámaras térmicas. El jefe de la Policía Local, Alberto Carballo, lo resume así: «Antes, los buzos solo miraban al fondo, ahora miran al cielo y al fondo».
Uno de los drones, el M30, es más grande y puede volar con viento. Es el que se usa habitualmente para emergencias. El otro, más pequeño, sobrevuela A Guía y los policías lo definen como «un pequeño Fórmula 1 que puedes jugar con él volando y pasando entre las grúas» de los astilleros. En cada operativo, piden permiso de vuelo a la torre de control de Peinador y, por la noche, al de Lavacolla. Se coordinan con Salvamento Marítimo y los Guardacostas de Galicia. A veces, les dan apoyo desde el barco. Si encuentran obstáculos flotando, avisan.
«Software» pionero
Las imágenes que graba el halcón mecánico se pueden retransmitir en directo a su sala de control, a sus mandos y a la concejalía o la Alcaldía. Las pueden ver en directo gracias a un programa de software «pionero» que ha desarrollado la Policía Local de Vigo y la empresa informática Vig-Sec Drone. «Podemos emitir y captar imágenes, coordinar el vuelo de dos drones, incluso con helicópteros, damos imágenes de lo que está sucediendo», afirma. «Nos sorprendemos la cantidad de gente que hay haciendo pesca submarina o desde las piedras con el típico gancho para el pulpo», dice Raposeiros. El marisqueo de la ETEA, lo «tenemos siempre controlado» porque hay seis personas autorizadas de la cofradía; en Toralla hay percebes que proteger. «Hicimos 20 denuncias en un año. Había embarcaciones que venían a buscar centollas y se nos escapaban porque no teníamos medios», señala Raposeiros.
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El guarda rural se apuntó a un curso de piloto de drones
Un juzgado de Vigo celebra hoy un juicio a una banda de percebeiros acusados de esquilmar cerca de 600 kilos de percebe en la costa entre A Guarda y Nigrán durante varios años. A pocos kilómetros, en Cabo Estai, un agente de la Guarda Rural vigila la costa con sus prismáticos dotados de visión nocturna. Ha descubierto entre las rocas a un pescador aficionado y una lancha de pescadores que buscan erizo. Todo está en orden. Sabe que la época de los prismáticos ha terminado y se ha apuntado a un curso de piloto de drones para obtener el título. Sabe que ahora, los buzos también tienen que mirar al cielo.