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Cárcel y 8 millones para tres empresarios de Vigo por estafar en una venta de bacalao ruso

e. v. pita VIGO / LA VOZ

SOMOS MAR

E. V. Pita

Deberán pagar una multa de 6,25 millones de euros, disolver la empresa e indemnizar al cliente portugués engañado 2,16 millones

26 mar 2025 . Actualizado a las 13:03 h.

La Quinta Sección de la Audiencia de Pontevedra, con sede en Vigo, ha condenado a un empresario del pescado y a dos de sus hijos como autores de un delito de estafa. La sala ve probado que timaron a un cliente al que prometieron una partida de 900 toneladas de bacalao ruso a cambio de casi 4 millones de dólares en el 2019, pero solo le entregaron una fracción de la carga y usaron el dinero para tapar agujeros en las cuentas corrientes de su propia empresa. La sala los condena a cuatro años de prisión a cada uno y una multa de 10.800 euros. La empresa familiar que administraban, Frigoríficos de Tuy, deberá abonar una multa de 6,25 millones de euros. Además, ordena la disolución de la empresa.

Tanto los tres empresarios como la sociedad tendrán que indemnizar a su cliente portugués, Riberalves, Comercio e Industria de Produtos Alimentares, con 2,16 millones de euros más los intereses. La sentencia no es firme.

Problemas con la banca

Frigoríficos de Tuy suministraba grandes partidas de bacalao a su cliente de Portugal. Los vigueses se lo compraban a pescadores rusos y se lo revendían al luso a partir de un precio acordado, el cual recibía la mercancía unas semanas después. En el 2018, habían negociado siete millones en compras de bacalao.

Sin embargo, a principios del 2019, la situación económica de la frigorífica viguesa era «bastante comprometida», indica la sentencia, del 27 de noviembre del 2024, porque la banca les reclamó el abono de una línea de descuento al que no podían hacer frente por falta de fondos. Aprovechándose de la confianza de su cliente, le ofrecieron 900 toneladas de bacalao ruso que iban a recibir en el puerto de Velsen, en Holanda, por 3,93 millones de dólares (3,63 millones de euros) y que le entregarían en un mes, algo dudoso. Los portugueses intentaron retrasar el pago porque desconfiaron pero el empresario vigués les presionó para que abonasen ya el 80 % de la compraventa. Le dijo a su cliente que ya tenían 32 contenedores listos para cargar a sabiendas de que era falso. El cliente luso les pagó 3,1 millones de dólares y los vigueses usaron 2,3 para saldar sus deudas con el banco. Solo entregaron 225 toneladas de bacalao.