La cadena mar-industria cree que el real decreto de comedores alienta los sucedáneos vegetales de pescado
SOMOS MAR

Reprocha que no se haya consultado al sector sobre el texto y sostiene que debilita el consumo de proteínas marinas
17 abr 2025 . Actualizado a las 04:46 h.Las organizaciones de ámbito nacional del sector de los productos pesqueros (Conxemar, Arvi, Apromar, Cepesca, Fedepesca, Federación Nacional de Cofradías de Pescadores, Interfish-España, Aecoc, Opescantábrico y Fenamar) no están satisfechas con la redacción final de real decreto de seguridad alimentaria y nutrición, para el fomento de una alimentación saludable y sostenible en centros educativos, publicado ayer en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
Para empezar, consideran que la normativa se ha aprobado sin realizar «un análisis profundo de las repercusiones que puede acarrear a largo plazo, tanto en la dieta de los niños y niñas, como en los hábitos de consumo del conjunto de la sociedad». Aparte de que no se ha consensuado ni con el sector pesquero ni con la cadena mar-industria.
Así, aseguran que, aunque pueda parecer que a corto plazo se fomenta el consumo de pescado, dado que más de 1.200 comedores que hasta ahora no servían pescado ni un día a la semana ahora tendrán la obligación de hacerlo —como explicó el secretario general de Consumo, Andrés Barragán, en un debate en el Congreso organizado por el propio sector—, en realidad «lo debilita». A su entender, no tiene en cuenta la irrupción de sustitutos a base de proteína vegetal a los que el real decreto da entrada en la dieta escolar.
Argumentan que los conceptos de «análogos vegetales» y proteína vegetal no se definen en el real decreto y, sin embargo, se incluyen en los segundos platos, «lo que abre la puerta a ofrecer menús exclusivamente vegetarianos», explican en un comunicado.
«Términos sin una definición clara y sin un análisis de impacto en la salud de generaciones venideras; sin una legislación de etiquetado específica y que no permiten a todos los sectores competir en las mismas condiciones de seguridad alimentaria», denuncian las entidades citadas.
En definitiva, que consideran que la nueva normativa «permite una flexibilidad excesiva donde debería ser más riguroso». Aparte, opinan que no refuerza el consumo regula de pescado como hábito alimentario sostenible en el tiempo y, sin embargo, «sí facilita en la dieta escolar la alimentación de productos plant-based (en base vegetal), aún en contra de cualquier recomendación pediátrica».
Las organizaciones del sector pesquero reclaman una política alimentaria escolar más ambiciosa, clara y coherente «con nuestras tradiciones culinarias, basado en dietas de probada eficiencia y no hacer que la población infantil actual sirva de foco experimental para otros formatos alimentarios sin un rigor científico probado».
El texto del real decreto recoge que tendrá que haber pescado en los segundos platos de una a tres raciones por semana. Limita, eso sí, a una vez al mes el producto rebozado o precocinado. Además, da prioridad al pescado azul y blanco de forma alterna y «se podrán incluir crustáceos y moluscos».