El astillero Armón acogió la ceremonia de la patrullera Duque de Ahumada, de 30 días de autonomía y alcance superior a 11.000 millas náuticas. Grande-Marlaska presidió el acto: «Es un gran proyecto para mejorar el control de las fronteras marítimas»
19 sep 2025 . Actualizado a las 00:26 h.El astillero Armón Vigo ha entregado esta mañana a la Guardia Civil su nuevo «buque estrella». Con estas palabras presentó el consejero delegado del grupo naval asturiano, Laudelino Alperi, la patrullera Duque de Ahumada. Construida en honor al fundador de este cuerpo de seguridad, sus 82 metros la convierten en la mayor embarcación al servicio del instituto armado. Su puesta en funcionamiento implicará la jubilación de la emblemática Río Miño, que cesa su actividad después de cuatro décadas de servicios en el mar.
El grupo naval asturiano ha puesto a punto en el sur de Galicia la que también será la patrullera más avanzada. Su autonomía es de treinta días y presume de un alcance superior a 11.000 millas náuticas, erigiéndose en una plataforma clave para las misiones de larga duración de la Guardia Civil. Puede alcanzar los 19 nudos de velocidad máxima y dispone de espacio a bordo para 44 tripulantes, además de doce plazas adicionales para personal en operaciones especiales.
El ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, presidió esta mañana en las antiguas instalaciones de Hijos de J. Barreras la ceremonia de entrega de la Duque de Ahumada. Recordó que la patrullera está diseñada para cumplir misiones de lucha contra el narcotráfico y la inmigración irregular, además de operaciones de búsqueda y rescate, vigilancia fronteriza y la protección de la salud de los océanos. Su base será el puerto de Cádiz. «Es un gran proyecto para mejorar el control de las fronteras marítimas», dijo.
Un aspecto que quiso resaltar Laudelino Alperi sobre la nave es que desde la configuración del proyecto técnico hasta la instalación de cada uno de los componentes a bordo «hemos contado con industria auxiliar nacional». «Es un proyecto España», apostilló. El directivo naval también quiso manifestar la importancia de disponer de una plataforma de colaboración entre industria pública y privada a la hora de sacar un proyecto como la Duque de Ahumada.
La entrega de manos de la industria viguesa permitirá al instituto armado ampliar sus capacidades en el mar. El pedido cuenta con un helipuerto en cubierta de popa, dos embarcaciones auxiliares de alta velocidad (una de ellas supera los 60 nudos) y un ROV submarino con capacidad de inmersión de hasta mil metros. Además, a bordo se puso en valor que desde el puente de mando pueden gestionar cualquier tarea. Entre las instalaciones, destaca un espacio para atención humanitaria, «incluyendo enfermería, morgue y espacios para náufragos».