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Los técnicos recomiendan a la armadora del Villa de Pitanxo que examine el trabajo de sus patrones

Somos Mar REDACCIÓN / LA VOZ

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Aconseja también a Marina Mercante que haga revisiones sorpresa para detectar modificaciones no autorizadas en barcos

25 oct 2025 . Actualizado a las 04:45 h.

La Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim) emitió en febrero del 2023, al cumplirse un año de la mayor tragedia de un pesquero gallego en 40 años, un primer informe, provisional, sobre las causas del hundimiento del Villa de Pitanxo, el arrastrero congelador de Marín que el Atlántico se tragó frente a Terranova, dejando un reguero de 21 víctimas mortales, 12 de ellas todavía desaparecidas. A diferencia de aquel, el publicado este jueves 23 incorpora conclusiones de por qué se produjo el hundimiento y, sobre todo, recomendaciones de seguridad, necesarias para que no vuelva a repetirse la catástrofe. Los técnicos de la Ciaim apelan a numerosas instancias en este informe. A la armadora para empezar, pero también a la empresa encargada del servicio de prevención Cualtis-Mugatra, Marina Mercante, Secretaría General de Pesca, Asociación de Armadores de Vigo, a la clasificadora Bureau Veritas, al colegio oficial de Ingenieros Navales e, incluso, al de Prácticos de Puerto.

La primera que hace a la armadora, Pesquerías Nores, tiene forma de recriminación, pues aconseja que implante una política de cumplimiento de la normativa de seguridad de sus buques, no en vano el informe es prolijo en los incumplimientos o abiertas irregularidades que había en el barco. En concreto, sugiere que lleve un registro de las reformas realizadas con sus correspondientes autorizaciones, el número de tripulantes embarcados —el armador comunicó en un primer momento a Salvamento Marítimo que iban 22 personas, cuando eran 24 las que iban a bordo—, que documente la realización de ejercicios reglamentarios, que se evite la sobrecarga del buque, que la tripulación se asegure de que se cierran las aberturas y puertas estancas, que se cumplan los horarios de trabajo y descanso a bordo y que se ocupe del mantenimiento de los trajes de inmersión.

Aconseja asimismo a Pesquerías Nores «que implante un canal de denuncias anónimas para la protección de las personas que informen sobre infracciones normativas», como estipula la ley y, sobre todo, que evalúe el trabajo de sus patrones: «Que evalúe regularmente el desempeño de sus directivos teniendo en cuenta todos los aspectos de la gestión de sus buques, en la que participen los distintos estamentos involucrados en la gestión del buque (tripulantes, otros directivos de la empresa, contratistas, etcétera) y que establezca la formación necesaria para estos sobre la base de estas evaluaciones».

Tolva de desperdicios

Otro consejo es que elimine la tolva de desperdicios del parque de pesca en los buques en los que este espacio quede por debajo de la cubierta de francobordo y la sustituya por sistemas de almacenamiento y bombeo o por otros similares a los que la empresa ya ha instalado en el Villa Nores, gemelo del Villa de Pitanxo.

Es importante también que establezca un procedimiento de revisión de los trajes de inmersión en todos sus buques, pues los del Villa de Pitanxo no habían sido convenientemente chequeados desde su fabricación. Que informe a los marineros sobre los riesgos asociados a la hipotermia y sus efectos en los buques que faenan en áreas de formación de hielo, como la NAFO o las Malvinas, podría evitar problemas como los que se dieron en el naufragio analizado, por lo que convendría realizar ejercicios en ese sentido. Y ya si revisa y adapta a cada buque en concreto los manuales de formación que ahora tiene genéricos y poco prácticos, asegurándose de que contienen explicaciones sobre cómo actuar en caso de inundación o de vía de agua, serviría para reforzar la seguridad. Y lo mismo al servicio de prevención, que debería reforzar la formación de los tripulantes, instruirlos para trabajar en zona de hielo e, incluso, examinarlos para comprobar si han asimilado las enseñanzas.

Inspecciones intermedias

La Dirección General de la Marina Mercante es destinataria de una larga lista de advertencias. La primera recomendación es que las Capitanías Marítimas refuercen las inspecciones de arrastreros congeladores para facilitar la detección de modificaciones no autorizadas, incluyendo la toma de fotografías del buque para compararlas con los proyectos de construcción y reforma autorizados. Apela a que se ponga especial atención a revisar que no hay tanques de combustible al margen de los del proyecto y advierta a los astilleros que realizar obras de reforma no autorizadas es una infracción administrativa que «pone en riesgo al buque y a su tripulación». Recomienda, además, que se prohíba la instalación de tolvas de desperdicios por debajo de la cubierta de francobordo y sugiere que esa restricción se eleve a la UE e, incluso, a la OMI. Conviene también fijar un protocolo de revisión de los trajes térmicos.

Los técnicos son partidarios de que se exija el uso de radiobalizas personales de emergencia en los chalecos salvavidas de abandono en buques que naveguen en zonas de formación de hielo o con riesgo de aguas frías, dado que eso permitiría la rápida localización y facilitar su pronto rescate. Es más, recomiendan fijar unos límites de viento y olas a partir de los cuales no se debería faenar.

Mientras, Pesca debería articular procedimientos que permitan a las Capitanías Marítimas comprobar si los buques que solicitan despacho para faenar en la NAFO deben llevar observador de pesca, para garantizar que figuran en la lista de tripulantes. El del Villa de Pitanxo no lo estaba. De ahí que la Ciaim recomiende a Arvi recalcar a sus socios que los biólogos a bordo deben figurar en el listado, que les recuerde que deben formarse para trabajar en zona de formación de hielos y que valoren si sugerir que se compren chalecos con radiobalizas incorporadas y prendas suplementarias para dotar los puntos de reunión en el barco.

A Bureau Veritas, los técnicos le sugieren que en sus inspecciones comprueben que no hay más tanques de combustible que los que figuran en el proyecto.