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La crisis marisquera en Galicia

Jaime Mejuto INVESTIGADOR JUBILADO DEL CENTRO OCEANOGRÁFICO DE A CORUÑA DEL IEO-CSIC

SOMOS MAR

MARTINA MISER

10 nov 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Varios estudios en las costas este y oeste del Atlántico describen caídas de producción de sus recursos marisqueros. La mayoría analizan cortos períodos, priorizando el registro fiable de capturas e intensidad de extracción, variables físico-químicas y productividad primaria del medio. Algunos concluyen que cambios de temperatura y salinidad, bien interanuales o por causas globales, podrían explicar descensos de producción.

Hay dudas sobre si la grave crisis marisquera de Galicia es coyuntural y reversible, o estructural. Probablemente no está causada, solo, por cambios ambientales locales de parámetros físico-químicos, sino por impactos acumulativos. Los datos, asumidos como confiables, sugieren que esos impactos afectaron durante años a diferentes especies y a algunas rías de alta productividad en particular. Para tratar de explicar esa situación, se han postulado hipótesis ligadas a cambios ambientales globales y la contaminación. Pero la pregunta es si esas hipótesis se sustentan sobre datos confiables, si la escala espacial-temporal de los datos es adecuada o si, por el contrario, de trata de explicar el suceso en base a lo que la teoría nos sugiere.

Sabemos que los ecosistemas marinos tienen variabilidad natural (temporal y espacial). Las acciones antropogénicas, como el calentamiento global, la extracción de recursos, la contaminación, la transformación del litoral, o prácticas inadecuadas de gestión, tienen influencia sobre la dinámica de estos recursos explotables. En las costas de Galicia se han descrito anomalías importantes de algunas variables ambientales y sus efectos asociados. Pero no deberíamos perder de vista que muchos factores con influencia local dependen de indicadores globales y también de modos atmosféricos y, entre estos últimos, por ejemplo, la Oscilación del Atlántico Norte (NAO) —y la consecuente fuerza y posición de la Corriente del Golfo— que, con sus cambios interanuales y fases de unas dos décadas, condicionan en parte el régimen de vientos, lluvias, y otros factores determinantes para estas especies. Esos indicadores dirigen buena parte del régimen de vientos que afecta a Galicia y, por tanto, los procesos de costal upwelling (afloramientos costeros de aguas frías subsuperficiales, predominantes entre abril y septiembre), estudiados desde los años ochenta del pasado siglo, de los que dependen factores del medio y la producción primaria. Los datos parecen sugerir que distintos factores pudieron afectar de forma diferente según la zona y especie, según se trate de zonas intermareales o submareales…

El corto ciclo vital de algunas especies importantes para Galicia —como el berberecho y la almeja babosa—, y las pocas

cohortes que conforman sus biomasas explotables, hace que su producción anual dependa en gran parte de la viabilidad de sus reclutamientos durante meses próximos-anteriores y, por tanto, de factores que faciliten o perjudiquen esos procesos. Pero no solo los físico-químicos, sino también los del sustrato. La altimetría y granulometría de muchos bancos y lombos, la contaminación de años, la floración de algas, etcétera, también deben considerarse. La acción humana en algunas zonas es clave en el cambio de corrientes, la dispersión, el desequilibrio y deterioro de sedimentos, alterando progresivamente la dinámica natural de los bancos productivos. Erróneamente se cree inocua la humanización de entornos costeros, los enormes incrementos de población temporal y sus vertidos, la realización o ampliación de puertos, o la construcción de paseos marítimos, o que la simple mejora estética de zonas contaminadas durante décadas conlleva la restauración de los ecosistemas para recuperar la actividad marisquera de antaño.

Por otra parte, para evaluar descensos en la extracción registrada tampoco deberían obviarse factores económicos, sociales y generacionales que puedan influir en la intensidad extractiva que probablemente no debería medirse por la emisión de permisos.

El artículo trata de esbozar una pequeña parte de la complejidad del asunto, cuya crisis se debate si será reversible ante escenarios ambientales más favorables o si, por el contrario, se trata de una tendencia negativa de difícil reversión. Galicia, sus científicos y técnicos, han hecho un modélico trabajo para establecer sistemas de observación para el control de la calidad del medio marino. Esos observatorios están fortalecidos por redes de plataformas de observación de otras instituciones científicas con capacidad de diagnóstico y predicción. Sin embargo, ¿quizás los sistemas actuales de observación no tengan el objetivo, la amplitud y la resolución adecuada para analizar el conjunto de factores locales que puedan influir sobre la tendencia de esta «crisis marisquera»? En este país hay conocimiento para poder identificar las posibles causas. Pero para eso se necesita decisión política y medios sostenidos para ese objetivo, así como contar con la ayuda y respeto del sector marisquero hacia los medios para la observación y el estudio. Sin embargo, la inversión realizada, entre otros, dentro del Plan de Competitividad y Sostenibilidad del Marisqueo de Galicia 2024-2025, parece no ir destinada a estudiar las causas de esta crisis, sino más bien a paliar efectos y dotar económicamente la resiliencia del sector, a corto plazo.