Las biotoxinas paralizan a los mejilloneros: solo se libran 23 de las 3.437 bateas
SOMOS MAR
Únicamente pueden recolectar bivalvo en 22 criaderos flotantes de Sada y en las líneas de cultivo de Camariñas
25 nov 2025 . Actualizado a las 18:35 h.Casi todo el sector mejillonero gallego está paralizado por las biotoxinas lipofílicas, un fenómeno natural conocido como marea roja que continúa extendiéndose por el litoral atlántico gallego y ha obligado a cerrar 50 de los 52 polígonos de bateas. Al anochecer de este martes se confirmaba que solo se puede extraer bivalvo en 22 de un polígono de Sada y en las líneas de cultivo de Camariñas, con lo cual están cerrados 3.414 de los 3.437 criaderos flotantes registrados en la Consellería do Mar.
También repercute en las depuradoras, los comercializadores y las conserveras esta medida cautelar con la que el Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño de Galicia (Intecmar) cumple con su cometido de garantizar la salubridad total de los mariscos gallegos que se comercializan por cauces legales. Si se consumen bivalvos afectados por toxinas lipolíficas pueden causar problemas gastrointestinales, como diarrea.
Van más de dos de semanas desde que la marea roja comenzó a propagarse por el litoral gallego. Como apuntaba días atrás Covadonga Salgado, directora del Intecmar, este episodio natural derivado de la proliferación de determinados tipos de algas tenderá a reducirse a medida que las «las toxinas se van metabolizando, se van degradando y los moluscos se autodesintoxican de manera natural y vuelven a ser aptos para el consumo».
El último informe del Intecmar ha sido publicado poco antes de las seis y media de la noche de este martes, 25 de noviembre. Confirma los cambios registrados en el anterior, emitido poco después de las nueve de la mañana. Continuaban cerrados los dos últimos afectados por las biotoxinas, el de Sada con más bateas y el único de los tres de Vilagarcía de Arousa que había resistido abierto. Y había sido posible permitir la extracción en el único de Camariñas, donde el mejillón se cultiva en línea, con el sistema conocido como long line.