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Acuicultura: cuarenta años desde el Pazo de Mariñán

Uxío Labarta PROFESOR DE INVESTIGACIÓN DEL CSIC AD HONOREM, FUE COORDINADOR DEL PROGRAMA ESPECIAL DE I+D DE ACUICULTURA DE LA CAICYT.

ACUICULTURA

14 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Luego de la celebración en Lanzarote, en 1981, de aquel osado congreso de acuicultura, el Gobierno de Leopoldo Calvo Sotelo había aprobado la convocatoria de tres planes especiales de I+D, entre ellos el de Acuicultura. Planes que a raíz del cambio al Gobierno socialista quedaron en espera hasta que, avanzado 1983, desde la Comisión Asesora de Investigación Científica y Técnica (CAICYT) se activaron.

La acuicultura, por entonces, se consideraba en España una alternativa menor frente a la pujanza de la actividad pesquera como provisora de alimentos. Y así se enfatizaba por las organizaciones pesqueras, admitiéndola apenas como un complemento a la actividad extractiva. Solo es necesario abismarse en las hemerotecas para comprobarlo.

En ese entorno, y con voluntarismo, empezamos con Juan Espinosa de los Monteros a diseñar y desarrollar las acciones primigenias del Plan Especial de I+D en Acuicultura (1983-1988). Entre ellas, quizás la más singular: un Plan de Formación de Técnicos Superiores en Acuicultura, en el que fue imprescindible la colaboración de FEUGA (Manuel Balseiro) y la Diputación de A Coruña (Enrique Marfany) en su gestión e infraestructuras del Pazo de Mariñán. En ese lugar fue en el que, durante tres meses, —desde octubre de 1984— se desarrolló la primera fase, con clases teórico-prácticas, en régimen de internado, con la coordinación in situ de Javier de Benito. En Mariñán se reunieron unos 40 graduados, seleccionados entre los más de seiscientos presentados a la convocatoria pública. El plan se completaba con un año de formación en una empresa o centro de investigación español —que en algunos casos se prolongó a dos— y otro año en un centro o empresa extranjera.

Si ustedes siguen el mundo de la ciencia, la empresa o la administración acuícola, encontraran que en ellos han desempeñado o aún desempeñan un papel relevante la mayor parte de aquellos 38 Técnicos Superiores en Acuicultura. El

Plan contempló la convocatoria de proyectos de I+D, científicos e industriales, que promovieron con la zanahoria de una financiación específica la incorporación de grupos de investigación disciplinares (genética, patología, nutrición…) dedicaran sus esfuerzos a las necesidades científicas y tecnológicas de la acuicultura.

Cuarenta años de éxitos y fracasos

Cuarenta años después, la situación de la acuicultura en España y el mundo ha estado sembrada de éxitos y fracasos. Sobre la base estructural del mejillón —e incluso la trucha en un tiempo—, se alcanzaron en España desarrollos industriales en lubina, dorada, corvina, atún, rodaballo o lenguado, con ensayos en langostino y tentativas reiteradas, sin éxito, de lubrigante, centolla o nécora, y salmón, junto al más perseguido en esfuerzo, tiempo y dinero, y aún no logrado, pulpo. Eso, además de las ostras y almejas, con éxitos industriales claros y fracasos evidentes.

Cuarenta años después ustedes han tenido noticia que, de acuerdo con el Informe SOFIA de la FAO, en el año 2022 la acuicultura aporta más del 50 % de los productos acuícolas, con unos 94 millones de toneladas y creciendo, mientras la aportación de la pesca extractiva se mantiene entre las 85 y 90 millones de toneladas. Cuarenta años también de aquellos inicios en el Pazo de Mariñán.

Uxío Labarta, profesor de Investigación del CSIC Ad Honorem, fue Coordinador del Programa Especial de I+D de Acuicultura de la CAICYT.