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¿Pueden los molinos marinos ahuyentar y dañar a los peces?

e. Abuín / s. serantes REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

Tino Garcia

La pesca exige que se aplique el principio de precaución a la producción de energía ante la falta de datos de cómo afectan los molinos a los peces y al sector

07 sep 2021 . Actualizado a las 04:45 h.

¿Puede un aerogenerador marino afectar al stock de merluza del Cantábrico? ¿Influye la presencia de una plataforma energética en la abundancia de cigala? ¿Pueden verse alteradas las corrientes marinas y, por tanto, cambiar el patrón y desplazamiento de las larvas? ¿Ahuyentará el ruido de los molinos a los peces? ¿Las posibles fugas electromagnéticas o el cableado dañarán a las rayas, tiburones u otros elasmobranquios? ¿Quién sabe? Puede que a finales de esta semana haya datos, no en vano son cuestiones que está estudiando el ICES (Consejo Internacional para la Exploración del Mar), a petición de varios consejos consultivos regionales intranquilos por la fiebre que le ha dado a las eléctricas por aprovechar el viento marino y, sobre todo, por los brazos abiertos con los que los Gobiernos están recibiendo esas pretensiones. Tanto, que la pesca ha tenido que levantar la mano para decir que existe, que continúa como desde hace tiempos inmemoriales buscando alimento con sus barcos por unos caladeros ahora muy apetecibles para instalar molinos.

Ante tantas incógnitas y falta de información, los agentes de la pesca reclaman un trato equitativo y, de la misma forma que cuando no hay datos suficientes sobre el estado de una población pesquera a la actividad extractiva se le aplica el principio de precaución, se imponga también a los aerogeneradores a la hora de ordenar los espacios marinos.

Es lo que apuntan las asociaciones coruñesas Pescagalicia, Arpega y Obarco en sus alegaciones al Plan de Ordenación de los Espacios Marinos diseñado por el Ministerio de Transición Ecológica, para el que hoy se cierra el plazo de presentación de objeciones.

Análisis de impacto en la pesca

Los apuntes de esas entidades van en el sentido de enmendar el olvido que ha tenido el ministerio de no considerar el pesquero como un uso prioritario del mar e insuflar aire en las aspiraciones de la eólica marina sin conocer siquiera los efectos que esta tiene sobre los peces, sobre el sector pesquero y sobre las comunidades locales en tierra.

«O ministerio non pode ser neutral», explica Torcuato Teixeira, secretario general de Pescagalicia. Y en este sentido se aferra a la resolución que en julio pasado aprobó el Parlamento Europeo, que recoge que «los intereses de la pesca y la acuicultura deben recibir una atención especial y no han de quedar marginados, mientras los Estados miembros prosiguen su trabajo [...] de los planes nacionales de ordenación del espacio marítimo».

Además, la Eurocámara llama a los Gobiernos a evitar los efectos negativos de los aerogeneradores marinos sobre la pesca y la necesidad de asegurar que estos se ubiquen lejos de los caladeros, y recoge que «solo deben construirse parques eólicos marinos si se garantiza la ausencia de repercusiones negativas de carácter medioambiental y ecológico, así como económico, socioeconómico y sociocultural, sobre los pescadores». En sus alegaciones también incluyen los argumentos que expusieron en el taller organizado por Transición Ecológica para pulsar la opinión de los afectados. En el caso de la Demarcación Noratlántica, la de mayor actividad pesquera de todas y en la que opera la flota gallega, el sector pesquero aludió a la veda a la que está sometido el arrastre de octubre a enero frente a la costa de A Coruña, que la plataforma gallega es reducida y no hay mucho margen para desplazar la actividad y, sobre todo, incide en que la pesca produce la proteína animal más respetuosa con el clima y, sin embargo, no hay dudas a la hora de reservar para los eólicos importantes caladeros de merluza, besugo, rapante, juliana y jurel, donde operan flotas de palangre, enmalle, arrastre, rasco o volanta.

Galicia Europa propone evaluar el impacto de todas las actividades que coexisten en el mar

«Conviene que el resto de actividades marinas o terrestres susceptibles de menoscabar los recursos marinos sean» controladas como la pesca, «la más monitorizada del mar», sostiene la Fundación Galicia Europa ante la revisión de la directiva comunitaria sobre protección del mar. Desde ese organismo, que en Bruselas actúa en «defensa dos intereses de Galicia ante a UE», sugieren una evaluación ecosistémica, para que todos «sean conscientes del menoscabo que puedan ocasionar, [...] simplemente con su injerencia».

Y cita las «instalaciones de energías renovables», como los parques eólicos, la minería marina, las prospecciones en busca de hidrocarburos o gas, el transporte de mercancías y personas, el turismo, el deporte profesional o el ocio. Desde Galicia Europa, Isabel Vázquez recalca que las restricciones comunitarias para proteger los océanos no deben aplicarse únicamente a la pesca, «por ser la más fácil de controlar y someter». En consecuencia, sugiere «hacer partícipes» al resto de los sectores de las medidas técnicas de ordenación que la UE ya aplica a la pesca, para así «promover una verdadera conservación y protección de los recursos de manera global».

Virginijus Sinkevicius, comisario de Medio Ambientes y Pesca, aboga por proteger el mar actuando sobre el «exceso de nutrientes, ruido submarino, basura plástica y otros tipos de contaminación, así como prácticas de pesca insostenibles».