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Quizá sea el momento de ser más nórdicos en la pesca

Eduardo Míguez DIRECTOR GENERAL ADJUNTO DE PUERTO DE CELEIRO

PESCA Y MARISQUEO

Un pesquero de Celeiro navegando en medio de un temporal (foto de archivo)
Un pesquero de Celeiro navegando en medio de un temporal (foto de archivo) JORGE ESCOURIDO

21 nov 2024 . Actualizado a las 18:55 h.

Cuando miro hacia atrás para entender el presente de la pesca, me doy cuenta de que todo lo inventado por los burócratas, Administraciones, la gran Europa… Todo eso y mucho más ya lo ha vivido y superado el propio sector.

Hablan de sostenibilidad y los únicos que la entienden son los pescadores. ¿Quién va a querer consumir menos combustible que un armador? ¿Quién va a querer menos interferencias con aves, cetáceos y demás que los marineros, por los problemas que les crean? ¿Quién, si no ellos, va a querer capturar la cuota justa o tener el mejor pescado posible?

¿De qué hablan cuando dicen que hay que ser resiliente? ¿De aguantar golpes de mar sin tener miedo? ¿De estar 15 días sin ansiedad por no poder ver a sus hijos? ¿De faenar sin saber si lograrán capturas aceptables o volverán con otro capote de pésimos rendimientos? ¿De que, una vez más, al llegar a puerto los precios se desplomen ese día porque hubo una gran promoción de salmón noruego o importaciones de merluza procedentes de países con más que sospechas sobre las condiciones laborales, sanitarias, etcétera?

¿De verdad a estas alturas de la película vamos a decirle al sector que tiene que mirar al futuro con optimismo y ser resiliente? Pues, queridos políticos, burócratas y demás dirigentes, lamentamos comunicar que seguiremos dando guerra.

Quizás el futuro dependa de cambiar de una vez por todas los métodos de gestión y copiar modelos nórdicos, para que al fin se aproveche de forma adecuada nuestra fortaleza de cuota. Quizá el futuro pase por ser menos verdes y más empresarios, menos artesanales y más industriales. Pues sí, quizá sea el momento de hacernos más nórdicos y vendernos mejor, pese a pescar menos «bonito».

No es justo que decisiones sin justificación científica, como las 87 vedas a la pesca de fondo, sigan vigentes. Hay informes favorables a revisarlas y anuncios de que cambiarán, pero, señores dirigentes europeos, no tenemos tiempo. Eso que tanto sobra en Bruselas aquí se acaba.

Me gustaría concluir con una reflexión. El pescado (y la merluza, fundamentalmente) es la proteína animal más rica y saludable, con una de las menores huella de carbono y necesaria e indispensable para una dieta adecuada que asegure una generación longeva y con buena calidad de vida. Desde el 2007, la flota pesquera española ha reducido emisiones de CO2 en más del 50 %... Por esos y por otros muchos motivos, en ningún caso nos deben ver como el problema, sino como la solución.

Estamos cansados de que se ponga el foco en nuestros productos silvestres y sin riesgo, para desviar la atención de otros con más dinero para promoción, alabados por su color y su sabor, pero omitiendo procedencia o antibióticos para criarlos. Del IVA del pescado, ni hablamos, porque para entenderlo hay que tener una visión de conjunto, y quienes deciden parecen no haber vivido tanto.