Arrecifes artificiales para recuperar el bogavante europeo desde la ría de Vigo
PESCA Y MARISQUEO
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Investigadores de la universidad viguesa y de la de Alicante comprueban que ejemplares liberados se asientan en zonas de bateas
24 feb 2025 . Actualizado a las 13:06 h.En declive por la sobrepesca y el cambio climático, indicador del estado de las aguas y suculento manjar, el bogavante europeo es la «estrella» de un método piloto que se aplica en la ría de Vigo para lograr la recuperación de este crustáceo y de otras especies marinas. Se trata de la instalación de arrecifes artificiales en un área afectada por la actividad humana y cuyos primeros resultados son esperanzadores para su conservación y reproducción.
El catedrático de Ciencias del Mar y Biología Aplicada de la Universidad de Alicante (UA), Pablo Sánchez Jerez, lidera este trabajo, que se lleva a cabo desde hace dos años con la participación de la investigadora predoctoral del Instituto Multidisciplinar del Medio Ramón Margalef Laura Leyva y dos colegas de la Universidad de Vigo, el catedrático Jesús Troncoso y la investigadora predoctoral Paula Dabán.
Esta iniciativa, en la que colabora casi una veintena de instituciones, se desarrolla desde el archipiélago Svalbard, situado en el mar Glacial Ártico, al norte de Noruega, hasta el de Madeira (Portugal), en el noroeste de África, pasando por Irlanda, Francia y España (ría de Vigo).
Acuicultura reconstructiva
En concreto, la labor desplegada por los investigadores de ambas universidades españolas se centra en una zona de la ría de Vigo donde hay plataformas para el cultivo del mejillón o bateas, una actividad de la acuicultura que, a pesar de los beneficios que brinda a la economía local, provoca el deterioro de los fondos marinos, la disminución de la biodiversidad y la generación de nuevos hábitats.
«Estamos experimentando en entornos de las bateas de mejillón la introducción de arrecifes artificiales» con la pretensión de que estas estructuras mejoren las condiciones para especies marinas de interés comercial, que les sirvan como refugios, permitiéndoles reproducirse y crecer en un enclave seguro, ha indicado Sánchez Jerez, quien ha definido el proyecto de «acuicultura restaurativa».
Doce de estos arrecifes se han instalado hasta la fecha debajo de bateas en un espacio delimitado de la ría de Vigo, donde los científicos han comprobado en una fase posterior la proliferación de ejemplares de pulpo, nécora, centolla y bogavante, entre otras especies, lo que constataría que han encontrado un hábitat óptimo y pueden alimentarse de la acuicultura.
«Todo esto es complejo y necesita más investigación para estar seguros, pero pensamos que los servicios del ecosistema se están mejorando a través de esta modificación» derivada de la instalación de arrecifes artificiales, ha destacado el catedrático de la UA, quien ha incidido en que se busca poder compatibilizar la biodiversidad con la acuicultura, dado que las bateas dan empleo y son un sector productivo fundamental.
Telemetría acústica
Sánchez Jerez ha revelado que, en concreto, tienen «puesto el foco» en el bogavante europeo (Homarus gammarus) al considerar que es «una especie emblemática» por su valor gastronómico y comercial, que, «por desgracia, se ha perdido del medio natural a causa de la sobrepesca y los cambios ambientales».
A su vez, Leyva, que desarrolla una tesis doctoral sobre el bogavante europeo a partir del trabajo que llevan a cabo en la ría de Vigo, ha especificado que han introducido 48 ejemplares de esta especie -unos criados en la acuicultura y otros capturados en el mar- en el área de estudio, cuya extensión es de unos dos kilómetros cuadrados y medio, para conocer su comportamiento.
Para ello, han marcado previamente a estos individuos utilizando la denominada telemetría acústica. Se trata de unos pequeños transmisores ajustados a sus patas con una brida que emiten una señal que se recibe a distancia, lo que les permite saber si utilizan esa zona, colonizan los arrecifes artificiales que han instalado allí o se van del lugar.
«Como conclusiones preliminares, podemos ver que los bogavantes que hemos soltado se quedan» en ese nuevo hábitat o ambiente, donde obtienen con facilidad alimentos provenientes de las bateas. Tanto Sánchez Jerez como Leyva han anunciado que los conocimientos adquiridos lo trasladarán a Split, en la costa de Croacia, para la reproducción del pulpo.