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Cientos de pescadores reclaman a Hacienda exenciones fiscales por trabajar en aguas internacionales

Somos Mar REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

José Otero, que ejerce como portavoz de los tripulantes que reclaman exenciones fiscales, es capitán del pesquero de gran altura Lodairo
José Otero, que ejerce como portavoz de los tripulantes que reclaman exenciones fiscales, es capitán del pesquero de gran altura Lodairo M.MORALEJO

Pasan tanto tiempo fuera que «as nosas mulleres e fillos son viúvas e orfos case todo o ano», dicen quienes preparan demandas, alentados porque el Supremo le reconoce las bonificaciones a una militar

01 jun 2025 . Actualizado a las 04:45 h.

Arrancó en Galicia un movimiento reivindicativo que en las tres últimas semanas no para de crecer, alentado por la sentencia del Tribunal Supremo que le reconoce a una militar el derecho a exenciones fiscales por desempeñar su profesión fuera de España, en aguas internacionales, a bordo de un buque de la Armada. Con una unidad de acción que no se recuerda, este jueves ya eran 889 los tripulantes de pesqueros de bandera española que preparaban reclamaciones administrativas individuales para exigir que Hacienda los trate como a otros contribuyentes que trabajan en el extranjero. Es un primer paso, previo a la vía judicial, para lograr que sus salarios también queden exentos del impuesto sobre la renta de personas físicas (IRPF) hasta 60.100 euros.

Con asesoramiento de dos equipos jurídicos, cobra fuerza una demanda en la que pretenden «chegar a onde faga falta», explica José Otero, capitán de un pesquero de gran altura que ejerce como portavoz de tripulantes de barcos de pabellón español que faenan en todo el mundo, a más de 200 millas de España.

«Non pedimos unha lei para nós, só que se nos aplique un dereito legal e se acaben estes agravios comparativos» con otros profesionales, aclara. De hecho, Hacienda ya no cobra el IRPF a tripulantes españoles de buques de capital nacional abanderados en otros países, como Francia, el Reino Unido o Irlanda, que trabajan en las mismas áreas, en las mismas condiciones y viven tanto tiempo fuera de España como los que ahora han decidido pasar de las quejas a la acción.

Un buen ejemplo de trato desigual, la flota de Gran Sol. Por los incentivos fiscales, mandos y tripulantes prefieren enrolarse en barcos de pabellón extranjero propiedad de españoles. Abandonan los de bandera española, obligando a los armadores a hacer malabarismos para contratar mandos que necesitan y escasean por falta de relevo generacional. 

La doctrina del Supremo

En opinión de los pescadores decididos a emprender una batalla legal, a resolver esos problemas contribuiría convertir en norma la doctrina establecida por el Supremo en el fallo del recurso de una tripulante de la fragata Vitoria. Sentenció que «sí resulta aplicable» la exención de hasta 60.100 euros porque sus salarios los percibió «por el trabajo desarrollado por los tripulante de buques de guerra de la Armada española que naveguen en aguas internacionales en el marco de operaciones de la OTAN».

El alto tribunal rebatía dictámenes previos de la Agencia Estatal de Administración Tributaria y del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, que alegaban que el buque de la Armada «tiene la consideración de territorio nacional», igual que los pesqueros y, por tanto, su trabajo no había sido «efectivamente realizado en el extranjero». Además, no había sido contratada para «una empresa o entidad no residente en España o para un establecimiento permanente radicado en el extranjero».

La Ley del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF) permite la exención de hasta 60.100 euros anuales en los sueldos cobrados «por trabajos efectivamente realizados en el extranjero», durante los días de estancia fuera de España, cuando se hacen «para una empresa o entidad no residente en España o un establecimiento permanentemente radicado en el exterior».

José Otero, capitán de pesca: «As nosas mulleres e fillos son viúvas e orfos case todo o ano»

En nombre de los profesionales de la pesca que reivindican igualdad fiscal, José Otero llama la atención sobre el problema de la carencia de mano de obra en el sector: «Dos poucos que aínda queremos ir ao mar, cada vez máis marchan para barcos de bandeiras extranxeiras». Si el Gobierno no adopta medidas para equipararlos a los que faenan en barcos de pabellón extranjero, pronostica que la flota nacional «vai quedar sen xente».

El capitán del buque de gran altura Lodairo cree «normal» que los jóvenes opten por otros oficios «porque non hai incentivos nin recoñecemento» a lo esencial que resulta la flota para la sociedad y la economía, por el empleo y la riqueza que genera y porque suministra alimentos en una Unión Europea que depende de países terceros para siete de cada diez pescados que consume.

Si la doctrina de la sentencia del Supremo puede ser la vía para conseguir las bonificaciones fiscales, cree que las autoridades españolas, «dunha vez por todas, deben ter conciencia do que é a vida dos mariñeiros» y actuar en consecuencia. «A nosa vida é das máis duras que hai, pasamos tanto tempo no mar que as nosas mulleres e fillos son viúvas e orfos case todo o ano», explica José Otero.

Además de por vocación, trabajan «principalmente polo tema económico, pero se dun salario de 50.000 euros pagas 20.000 de impostos, xa me dirás cal é o aliciente». De ahí que insista en reclamar en España incentivos fiscales como los de Francia y otros países, ya que, para abastecer de pescado a la población y crear riqueza en tierra, «cambiamos vida por cartos, e esa vida xa non a podemos recuperar».