Investigan en el Cantábrico redes que mejoran la selectividad del arrastre de fondo

Demonizado por oenegés radicales con la pesca, el arrastre de fondo ha recibido dos balones de oxígeno cuando científicos puntualizaron en el anterior Parlamento Europeo que puede ser sostenible si se gestiona bien y, sobre todo, cuando el comisario de Pesca Costas Kadis se mostró a favor de estudiar caso por caso el impacto de esa arte para vetarlo o no en determinadas áreas. Científicos y pescadores ya han conseguido mejorar ese método de pesca con puertas voladoras que minimizan el contacto con el fondo y con redes que mejoran la selectividad de sus capturas. Y a esto se dedican en el Cantábrico investigadores del centro tecnológico Azti embarcados en el buque oceanográfico Emma Bardán.

Promovida por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, está en marcha la campaña Selectividad 2025. Por una parte, estudian cómo funcionan modificaciones introducidas en redes de los barcos que faenan en pareja para avanzar en la selectividad y, por otra, de las incorporadas en los que arrastreros que operan individualmente. A mayores, grabaciones submarinas en la red y en su entorno permitirán obtener información sobre el comportamiento de las especies.

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