Para postres sanos, hay que llamar a Benito

Alejandra Pascual Santiago
alejandra pascual VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Oscar Vázquez

Frutas Benito, fundada en los años setenta, apuesta por el producto de temporada y nacional, aunque los tiene de todo el mundo. Buques y restaurantes «veggies» están entre sus clientes

17 ago 2020 . Actualizado a las 11:28 h.

Muchos siguen apareciendo en las comidas y cenas familiares haciendo equilibrios con una gran tarta o una bandeja de pasteles hipercalórica. Es la tradición, pero existe una alternativa bastante más sana. Consiste en aparecer con una cesta de frutas variadas, de temporada y listas para picotear. Hay una familia en Vigo que ha incorporado este servicio recientemente a su empresa. Ellos sonríen ante esta moda por la comida healthy que ha empadado las redes sociales. Esta preferencia por las sobremesas ligeras tiene mucho que ver con el negocio fundado por José Benito Rodríguez hace cincuenta años.

El abuelo Benito levantó, en los setenta del pasado siglo, el almacén de fruta que todavía lleva su nombre. «Mi padre empezó con Frutas Benito de cero, con un camión que le había regalado el que era su jefe, que se portó muy bien con él, y un pequeño local en O Castro», recuerda el hijo, actual gerente de la empresa y que se llama igual que su padre. Para distinguirlos, lo conocen Misko.

Su padre ya no trabaja, pero la glucosa de la fruta sigue formando parte de su ADN. «Le encanta estar aquí. Si le quitas esto se muere», reconoce el hijo entre risas. «Frutas Benito: un sabor exquisito» es el lema que les ha quedado entre los más cercanos.

Hasta el número 166 de la avenida de Castrelos llegan fresas de Chenlo, lechugas de Gondomar, cebollas de Cambados, pimientos de Arnoia, naranjas de Valencia, plátanos de Canarias y, fuera de temporada, de Sudáfrica, melocotones de Calanda y cerezas del valle del Jerte. «Nuestra preferencia es la compra de productos de la zona, de proximidad. De Galicia aprovechamos tantos como podemos», subraya el dueño. «Si no los encontramos aquí, los compramos a España. La diversidad de climas y terrenos de este país nos permite tener fruta variada cada año. En cuanto coges un melocotón de Calanda, lo reconoces por su olor y el tacto de su piel», añade.

A pesar de esta apuesta por el producto autóctono, en Frutas Benito también se han lanzado con una sección de piezas tropicales y exóticas. «Las frutas de todo el mundo para usted», es el eslogan que dicta el cartel de la entrada del almacén. Compran así mangos, papayas, lichis o maracuyás a países como Brasil, Perú, Chile y la India. «Nadie se va sin fruta de aquí», expone Misko para referirse a que hay una pieza para cada gusto.

Los primeros años de su implantación fueron los de mayor bonanza económica. «Durante los setenta y ochenta solo eran diez los negocios que se dedicaban al almacenamiento de fruta en esta ciudad. Hoy en día somos entre cincuenta y sesenta», explica el responsable de la empresa.

Como uno de los rasgos distintivos entre su competencia, José Benito recuerda que «cuando se creó el mercado central de frutas en Vigo, mi padre decidió no trabajar allí». De aquella, ya se había instalado en el almacén de Castrelos, al que llegaron en 1986, y disponía de un espacio amplio. «Se había ganado a gente de este barrio y otros compradores venían hasta aquí porque les resultaba más cómodo aparcar. Creo que su decisión fue un acierto, porque allí las empresas discutían por cubrir un puesto u otro», considera el hijo.

Su propio concepto de negocio también le valió a Frutas Benito para ganarse a una clientela fija de venta al por mayor. Entre estas destacan compañías que proveen a buques, cadenas de hoteles como el Occidental o el Hotel del Mar, o residencias de mayores como la de Virgen de Guadalupe. Haberse ganado la fidelidad de sus compradores no es para menos. Al igual que su padre, Misko se despierta cada día a las 3.30 para trabajar a marchas forzadas durante cuatro horas y entregar puntualmente las cajas de frutas y verduras antes de las 9.00. «Nos vamos a dormir sobre las once y media de la mañana», relata. Siguen haciendo clientes: la cafetería Mattina, el restaurante vegetariano Galgala, el negocio de meriendas La Manière... «Nuestros principales compradores de frutas tropicales son este concepto de locales en los que se impulsan comidas sanas en las que la fruta y la verdura ocupan un lugar esencial», destaca.

Desde 1970

Dónde está

Avenida de Castrelos, 166

(Vigo).