Carbonara de guanciale, setas y pecorino al tartufo
Una vez desmontado el mito de que hay que regar la carbonara de nata solo queda lanzarse a recetas que respeten la tradición pero le den un «punch» distinguido, como es el caso de este plato de Kibus
El año pasado ya desmontamos ese mito tan sólido en España que apuesta por regar los platos carbonara de nata. Así, doce meses después nos lanzamos a celebrar de la mano del chef Pedro Quián, de Kibus, la compañía que te acerca los mejores productos de la plaza de Lugo de A Coruña a casa, la efeméride que conmemora una de las maravillas que ha trasladado Italia al mundo: la pasta. Esta carbonara, sencilla y tradicional pero con el punto exótico del tartufo y la seta que le da todo el rock and roll, empezará a ser un imprescindible en esos momentos en los que el cuerpo solo desea hidratos.
- 150 gr. de espaguetis fresos eco
- 50 gr. de guancciale (una loncha)
- 50 gr. de pecorino al tartufo
- Seta de cardo (1 pieza)
- 2 huevos eco
- Sal y pimienta verde
Para la mezcla de la carbonara: En un bol (preferiblemente de metálico) batir las dos claras y una yema y reservar. Reservamos la otra yema.
Cortar la loncha de guancciale en dados de 1x1 mas o menos y dorar a fuego medio-alto en una sartén. Picar las setas del mismo tamaño y añadir cuando el guancciale adquiera un color dorado ( torrezno). Saltear 1minuto, bajar el fuego y rehogar 5 minutos más. Reservar.
Rallar tres cuartas partes del pecorino y reservar.
Añadir la mezcla del guancciale, las setas y el pecorino al huevo y mezclar bien. Poner a punto de pimienta. Reservar.
Para la pasta: En una olla ponemos a hervir abundante agua con no mucha sal a fuego alto.
Cuando esté el agua hirviendo añadimos la pasta y removemos con cuidado, teniendo en cuenta que la pasta fresca es más delicada que la seca.
Cocinamos dos minutos.
Añadimos un cacillo del caldo de cocción de la pasta a la mezcla de la carbonara y mezclamos rápidamente.
Escurrimos la pasta la incorporamos a la mezcla de la carbonara, mezclando rápidamente. Si vemos que espesa demasiado aligeramos con un poco del agua de cocción de la pasta.
¡Ojo! Cuando esté la salsa en el punto de espesor deseado es cuando probamos de sal. Entre el guancciale y el queso, es fácil, que si salamos antes se nos pase un poco el punto.
Según mezclamos la pasta, emplatamos, rallamos por encima el pecorino que nos quedaba, colocamos la yema que teníamos reservada, decoramos con alguna hierba fresca (en el video usamos orégano fresco) y ¡a disfrutar!
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