El héroe en la lucha contra el apartheid era mucho más que eso. No era un político común, incitaba a todos a ser mejores personas o, para ser más exacto a reconocer las virtudes de la reconciliación
Evitó el rencor derivado de haber pasado 27 años en prisión, consiguió calmar a las masas y pacificar los gritos de venganza en un país demasiado marcado por los estigmas del apartheid. No era un político común, era un hombre con un alma grande y sabia
La última desgracia fue la muerte de su bisnieta Zenani Mandela en un accidente de tráfico en 2010, horas antes de que se inagurase el mundial de fúlbol de Sudáfrica