Con mucha carga simbólica, como es habitual en los grafitis del artista urbano británico, un niño deja en una papelera figuras de acción que representan superhéroes y coge en su lugar la de una enfermera
Vándalos, aluviones de visitantes y ofertas de cientos de miles de euros; el diario «The Guardian» recoge las historias de personas para las que hubo un antes y un después porque el artista intervino en su propiedad