En 1913, La Voz anunciaba la llegada de un «auto taxímetro» destinado a ser «un auténtico servicio público» frente a los coches de punto. Más de cien años después, cambios tecnológicos y sociales sacuden otra vez a un gremio que en su día supo actualizarse con los ya añejos radiotaxis. Ahora son las aplicaciones que aprovechan los VTC, y una legislación que de nuevo va por detrás, las que ponen su futuro en punto muerto.
Jesús Flores