Taberna A Mundiña: Respeto y mimo con el producto diario de mercados y lonjas

Hay veces en las que los hermanos pequeños se llevan la inmerecida fama de ser una copia algo descafeinada de sus mayores, cuando en realidad, como pasa con la Taberna A Mundiña, no son más que una versión diferente en la que las pinceladas propias le otorgan su seña de identidad. Lo que sí comparten ambos negocios es el respeto a la calidad de la materia prima con la que cada día se elaboran los platos que componen una carta diseñada para conocer la gastronomía gallega a través del paladar.

A principios de julio reabrieron sus puertas tras una reforma que ha convertido al local en una auténtica taberna del siglo XXI. Con la madera, esta vez colorida, y la presencia constante del vino, consiguen dar una sensación de calidez, que ayuda al cliente a sentirse como en casa.

La carta, en la que se nota el mimo y la supervisión de Silvia Facal, se cambia prácticamente a diario dependiendo de lo que ese día dicte el mercado y la lonja. «Puedes venir un día y encontrarte que hay bocarte, pero si vuelves al día siguiente tal vez ya no lo encuentres porque ese día entró xouba», explica Rafa Varela, gerente del negocio, sobre su filosofía de trabajo.

La propuesta gastronómica no tiene más secreto que el respeto al producto, a sus tiempos y la honestidad en los fogones con las materias primas. Quien se deje caer por este local de la calle Estrella no puede dejar de probar las almejas, los berberechos o los pescados del día, pero sin olvidarse de clásicos como el pulpo, la ensaladilla o el salpicón de marisco. «Respetamos siempre las vedas. Ahora es tiempo de nécora, pues nécora, siempre lo que marque el momento. Cuando llega la temporada de alguna buena verdura, la integramos en la carta o en alguna elaboración», sentencia Rafa Varela.

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