Estos son los mejores restaurantes según nuestros mayores

Laura G. Del Valle, Carla Elías, Laura Míguez y Laura López

SABE BIEN

RAMON LEIRO

La experiencia es un grado. Y muchos clientes saben que en función de la edad del comensal el éxito está asegurado. No responde a ninguna encuesta, pero no falla.  Te hacemos un recorrido por esos establecimientos infalibles para disfrutar en familia

27 jun 2022 . Actualizado a las 10:59 h.

Galicia tieñe años de sabiduría y personas que viven en una eterna juventud y conocen al dedillo dónde está lo bueno. Y ahora, que empezamos a abrir el ojo y nos damos cuenta de que la vida slow es lo que de verdad importa, tiramos de experiencia y dejamos que sean nuestros mayores quienes nos lleven de la mano por esos restaurantes en los que el éxito está asegurado. Allí, donde los fogones van a modiño, las cosas se hacen con cariño y el chop-chop de la vida te ofrece una reunión familiar que resulta inigualable, es donde queremos estar. Y disfrutar hasta el punto de que esa comida se nos quede almacenada en el paladar durante años. Así que dejémonos guiar por los que acumulan arrugas de felicidad y saboreemos algunos de esos locales gallegos idóneos para ir en familia y disfrutar de la mejor comida y de la mejor compañía. Así comenzamos este recorrido por esos restaurantes en los que la calidad se escribe con mayúsculas y da gusto estar.

RAMON LEIRO

Este particular itinerario comienza en Pontevedra, en el asador Granxa do Costado, que lleva desde el 2015 haciendo felices a muchos de los mayores de la zona: nutriéndolos por dentro, con su magnífica carta plagada de carnes, y también por fuera; pues en el exterior de este local uno encuentra, si lo busca, el nirvana. Este restaurante nació de la asociación de dos amigos que querían montar un negocio en el que el churrasco fuera el protagonista; bueno, y la carne en términos generales, si nos dejamos llevar por la oferta de su menú. «Estamos en una antigua casa rural que, con una reforma integral, convertimos en lo que es ahora: un restaurante referente en Pontevedra enfocado a un público de edad avanzada», comenta Carlos Lorenzo, uno de los propietarios de A Granxa do Costado.

Lorenzo reconoce que están encantados con su clientela, no lo puede disimular. «Es gente que disfruta comiendo; y que valora los platos de siempre bien hechos, que acuden a nosotros buscando pasar un día tranquilo y a gusto sin cuidar de nadie ni depender de nadie». Además, mantiene Lorenzo: «Aunque ya no estemos en pandemia, la gente mayor sigue teniendo miedo y se encuentra bien en sitios de confianza, y en nuestro caso podemos ofrecerles una terraza ajardinada para estar al aire libre. Por otro lado, en nuestra planta baja no hay barreras arquitectónicas y es fácil el acceso para ellos, cosa que agradecen». Es decir, que es un lugar idílico para ir en familia y en el que estar la mar de a gusto.

La forma de agradecérselo a los trabajadores del local es tangible, y un gesto que, comenta este empresario, se está perdiendo. «Supongo que por una cuestión educacional, esta generación es casi la única que deja propina siempre. Entiendo que también tiene que ver con que la gente mayor usa más dinero en efectivo y eso favorece que te dejen un detalle». No dejes de visitar este local si adoras la carne a la brasa, el pulpo y los calamares, sus platos estrella.

Taberna O Trisquel (Ferrol) 

ESTEVO BARROS

Llega el buen tiempo y con él la temporada de reuniones de amigos y familiares. Y en Ferrol es sinónimo de paellas. Unas exquisitas están en la Taberna O Trisquel, con un cuarto de siglo de historia. «Es un plato que invita mucho a comerlo en familia», señala Marcos Pita. Está al frente del negocio familiar que cumplirá en septiembre su 25 aniversario. «Abrimos en el año 97. Empezaron mis padres y lo continúo yo», detalla Marcos.

Su carta tradicional y ambiente afable es una invitación a que las familias disfruten de una buena comida. «La almeja, las zamburiñas, las cocochas, el rape y las paellas son inamovibles. Después hay parte de la carta que la vamos adaptando a la temporada. En invierno tiramos más por la cuchara, es lo que más apetece, y cuando viene el calor de platos más frescos y saludables. Siempre con productos de la tierra, aprovechando la cocina de mercado», explica el responsable. Las almejas, los chipirones y las paellas son los platos estrella y sus recomendaciones para quienes visiten por primera vez su taberna. «La almeja la tenemos en tres modalidades, a la plancha, a la vasca y a la marinera. Y de paella tenemos ocho modalidades», señala. La más popular, la paella de arroz con marisco. «Lleva almeja de tamaño XL de Ferrol acompañada con un gambón extra a la plancha», explica.

También destaca el arroz negro con choco fresco y alioli casero y la paella de chipirones con cocochas. «La paella es una comida muy familiar y queremos que haya opciones para todos los gustos. También tenemos la campera, que es un arroz de carne que gusta mucho a los niños y a la juventud», detalla Pita.

Señala que cuentan con una clientela familiar y gente que veranea en la zona y repite año tras año. «Ya dejaron de ser clientes, son amigos», indica. El local es amplio y accesible. Dentro hay once mesas y el exterior cuenta con una terraza con otras cuatro mesas. También abierto a mascotas. «Esta Semana Santa vino un montón de gente de viaje, en autocaravana con su mascota, que aquí son bienvenidas, nos preocupamos de que no pasen sed y les ponemos cuenquitos», explica.

A raíz de la pandemia sanitaria pusieron en marcha la opción de reservar las paellas para llevarlas a domicilio. «El 25 % el volumen del fin de semana es para recoger», indica Marcos. Recuerda que fue una amiga quien le dio la idea. «Venía a su casa un grupo de familiares de Madrid y estaba apurada, sin tiempo. Me preguntó si le podía hacer una paella para ocho y le gustó tanto que me propuso que pusiera en marcha este servicio», comenta Marcos. De esta forma, emplatadas en unas cestas de mimbre especiales y con un salvamanteles, «el cliente solo tiene que llegar a casa, abrirla y disfrutarla», resalta. Otras propuestas indispensables en O Trisquel son el rape o el bacalao.

O XUGO (LUGO)

Carlos Castro

Son muchos los mayores de Lugo que tienen marcada en su agenda de los domingos la cita en la pulpería parrillada O Xugo, uno de los restaurantes más emblemáticos de la ciudad. «Hai moitas parellas de maiores, pero falo mesmo de maiores de máis de 80 anos, que veñen todos os domingos a comer aquí», explica María Jesús Vázquez, responsable del restaurante lucense, que cuenta con una gran cartera de clientes fieles y que repiten. O Xugo es un negocio familiar que abrieron los suegros de María Jesús Vázquez en los años ochenta en la calle Salvador de Madariaga, pero que desde hace más de una década se encuentra situado en la avenida do Doutor García Portela, junto al centenario parque Rosalía de Castro, una zona en la que se suelen encontrar con facilidad sitios de aparcamiento. Es más, delante del restaurante disponen incluso de plazas reservadas para personas que tienen movilidad reducida.

Exceptuando las noches de los jueves, cuando los más jóvenes son mayoría en el local hostelero, puede decirse que la clientela de O Xugo es, esencialmente, familiar. ¿El motivo? Desde su ubicación, hasta sus instalaciones, pasando por su oferta gastronómica. Aunque a esto hay que sumarle, según exponen los propios clientes, el trato amable y cercano que ofrecen en el establecimiento hostelero. «Este é un restaurante accesible; de feito, aquí organízanse con frecuencia comidas para colectivos con discapacidade. Temos unha entrada moi ampla e cómoda. Tamén contamos con dous comedores de grandes dimensións, aínda que os máis maiores acostuman comer no primeiro, que está máis cerca dos baños, e que tamén son completamente accesibles», continúa la responsable. Además, disponen de terraza exterior, un atractivo más, que no lo suele ser tanto para los más mayores, quienes habitualmente eligen quedarse en el interior.

En cuanto a su oferta gastronómica, es otro de los motivos por los que los más mayores se decantan por O Xugo: «A xente maior vén porque facemos comida caseira. Gústalles moito pedir caldo, callos, bacallau, merluza á galega... Se veñen cos netos e co resto da familia, xa piden outras cousas», confiesa Vázquez, como pulpo, mariscos o carnes a la brasa. Además, ofrecen menú del día, que demandan mucho los trabajadores que paran allí para el almuerzo. Por otro lado, también disponen de un servicio de comida a domicilio, que tiene cada vez más demanda entre la gente de mayor edad: «Os maiores fan moitos pedidos a domicilio, tamén de pratos tradicionais, coma o caldo», continúa María Jesús.

El entorno en el que está ubicado el restaurante O Xugo también se presta, tanto para los más mayores como para la clientela familiar en general: junto al parque por excelencia de Lugo, el de Rosalía de Castro, declarado Ben de Interese Cultural, y a un paso del centro histórico. Se trata de la zona ajardinada más importante de la ciudad, con un siglo de vida, y que supone un lugar ideal para pasear por sus senderos entre especies de todos los continentes —más de setenta clases entre árboles, arbustos y plantas de seto—, observar las impresionantes vistas del entorno desde la pérgola, visitar el quiosco de la música, sentarse en algún banco a descansar o a leer, acompañar a los nietos en los columpios y toboganes, hacer algo de ejercicio en las instalaciones del parque saludable, contemplar las aves —es uno de los lugares catalogados como dormidero de pájaros— o realizar la tradicional visita obligada al estanque de los patos, uno de los puntos que tienen un mayor atractivo para los visitantes. Un local, sin duda, que te alimenta tanto la vista como el alma y el estómago.

CASA MARCO (VIGO)

Oscar Vázquez

«Cocina tradicional con muy buena materia prima y bien tratada», resumen en el restaurante Casa Marco las claves de parte de su éxito. Esas tres piezas son las que los suelen encumbrar en los ránkings de los mejores restaurantes de la ciudad desde hace más de 16 años, cuando decidieron abrir sus puertas en el corazón financiero de Vigo. Pero a esa lista se le podrían añadir muchos más motivos, sobre todo si el objetivo es contentar a los comensales de mayor edad, clientela habitual del local. Con un acceso sin barreras de ningún tipo y en una zona agradable y recién humanizada, cuenta con una ubicación privilegiada, ya que hay una parada de autobús urbano a pocos metros  y dos aparcamientos de pago a menos de cinco minutos de distancia, sin contar la zona azul de la cercana calle de Rosalía de Castro. Entre sus instalaciones, cuentan con dos salones privados para reuniones familiares y un servicio atento y dispuesto a adaptarse a las preferencias y gustos de la clientela, con lo que el éxito parece asegurado.

«Atendemos cualquier petición especial, queremos que todo el mundo esté cómodo aquí, cualquier preferencia o alergia alimenticia es tenida en cuenta», explica Sebastián Lara, uno de los 15 trabajadores que forma parte del equipo de este restaurante vigués. Comida sin gluten, opciones veganas, sin lactosa...  previa demanda, todas las necesidades pueden ser tenidas en cuenta. Otra de sus ventajas es la amplitud del comedor, con pasillos cómodos para el paso de una silla infantil o de ruedas y cuya disposición adaptan según las necesidades de los clientes. Para las celebraciones más privadas, tienen un salón con capacidad para 20 personas y otro para 40, ideales para las celebraciones familiares. En sus cocinas, es difícil escoger protagonistas. Carnes de Lugo, pescados recién traídos de la lonja de Vigo y arroces con fama por toda la ciudad son algunas de las opciones.

«El bacalao al horno, el arroz con rape y vieiras o alguna de las carnes son muy demandados. Siempre tenemos sugerencias fuera de carta muy interesantes, ahora mismo tiene mucho éxito el arroz con chocos de la ría», explica Lara, trabajador servicial de este céntrico restaurante desde hace unos cuatro años. Su horario de apertura, en turno de comidas y cenas de lunes a sábado, permite que se celebren tanto reuniones familiares como de empresas, que pueden alargar la sobremesa en un restaurante tranquilo y en un entorno nada ruidoso con una decoración cuidada. También destacan los postres caseros «hechos a diario» y sus helados artesanales, junto a una bodega variada de vinos adaptados para todos los gustos y bolsillos que incluye caldos de más de una docena de denominaciones de origen diferentes, desde Valdeorras o Monterrei a Ribera del Duero o Rioja. ¿Y si hay un motivo de celebración? Entonces también hay hueco en la carta para un champán o cava y tal vez para un gin tonic. Chinchín.