
La última aparición en Poio vuelve a levantar la alarma, sobre todo en la hostelería
27 ene 2020 . Actualizado a las 20:42 h.Levántate temprano. Trabaja. Reúne al final de la jornada unos euros. Cobra satisfecho a fin de mes. O navega en Internet, haz click en una página china y compra el equivalente a treinta días de trabajo, de salario, en billetes falsos, al precio de poco más de un euro. Luego coge esos billetes y colócaselos a quien haya trabajado para ganárselos. Esto sucede a diario en las Rías Baixas. La última estafa la ha detectado este mismo fin de semana la Policía de Poio.
Otra vez se trata de una estafa burda, pero eficaz. Esta vez han sido billetes de los que se pueden adquirir por Internet a precios irrisorios, a cambio de un desembolso más que modesto. Son una imitación aceptable, salvo por el detalle que se advierte, sobre la misma, impreso en un borde del billete, que se trata de una imitación elaborada para su uso, generalmente, en grabaciones audiovisuales o para merchandising.
Con todo, la imitación es aceptable y acaba colando. La última vez esta fin de semana. «Son de baixa calidade e relativamente fáciles de distinguir (nun dos seus laterais, en letra pequena, aparece escrito en inglés que non é de curso legal) están a afectar a comercios e veciños -explican desde la Policía Local de Poio-. Neste caso foi un billete de 20, ainda que as falsificacións se dan practicamente en todos os valores habituais (5, 10, 20 e 50 €), pero as de 5 e 10 € son as máis habituais, dado que se lles presta menos atención por ter menor valor», dicen los agentes.
Un simple vistazo a la hemeroteca de La Voz de Galicia da cuenta del goteo constante que acaba pasando desapercibido. En parte porque quienes se dedican a esta lucrativa estafa conocen las leyes. El Código Penal es muy claro y establece que «el que habiendo recibido de buena fe moneda falsa, la expenda o distribuya después de constarle su falsedad, será castigado con la pena de prisión de tres a seis meses o multa de seis a veinticuatro meses. No obstante, si el valor aparente de la moneda no excediera de 400 euros, se impondrá la pena de multa de uno a tres meses». Así, si quien intenta colar el billete falso no porta otros, puede alegar que ha sido objeto de estafa anteriormente. Así, bajo este paraguas, el goteo es constante, como evidencia la hemeroteca. En octubre del año pasado ya las fuerzas de orden advertían contra la aparición de billetes falsos en Pontevedra y Sanxenxo. En un control rutinario hace dos años se incautaba la Guardia Civil de un fajo de billetes falsos. En el 2015 aceptaba un individuo dos años de prisión por guardar seis mil euros en billetes falsos en su casa y así decenas de noticias que hacen referencia a la proliferación de moneda falsificada.
Generalmente se trata de burdas falsificaciones, aunque lo suficientemente buenas como para ser coladas en momento de especial ajetreo en locales comerciales o de hostelería. Siempre están detrás las falsificaciones que favorecen los avances digitales y el comercio a través de Internet. Basta con rastrear la Red en busca de ofertas. El lote completo, con billetes de cinco, diez, veinte, cincuenta, cien, doscientos y quinientos euros por un euro.
Así la tentación es grande para quienes buscan reducir la retribución del esfuerzo de todo un mes de trabajo a un click de compra en una página web y a la pillería, más o menos avezada, para conseguir colar la falsificación por buena.