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Mercaproximidade, de arma para salvar al campo a medio para abrirle mercados

m. alfonso / m. cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS AGRO

Más de 450 productores dieron salida a sus alimentos mediante este programa

20 may 2020 . Actualizado a las 10:12 h.

Miles de productores agroganaderos gallegos se encontraron con que, de la noche a la mañana, sus principales mercados habían cerrado las puertas. No había ferias de proximidad, en las que dar salida a buena parte de la producción hortícola, ni bares ni restaurantes, principales clientes de los productores de calidad. Eran las consecuencias de la crisis sanitaria. Pero en la Consellería do Medio Rural pensaron que, en un momento en el que las ventas en alimentación se estaban disparando, buena parte de esos productos podían tener salida en las grandes superficies. Así nació Mercaproximidade, un sistema que permitía poner en contacto a los productores gallegos con los supermercados. Hoy, los más de 450 agricultores y ganaderos que se han sumado a esta iniciativa, en la que también están presentes la práctica totalidad de las cadenas que operan en Galicia (Gadis, Froiz, Vegalsa-Eroski, El Corte Inglés, Carrefour, Grupo Cuevas, Lidl, Alcampo, Coviran y Dia), no ven más que ventajas en ella. Tantas, que algunos apuestan por mantener este programa una vez que el covid-19 permita volver a la normalidad.

«Es una iniciativa ágil, que nos vino muy bien para sacar gran parte de la producción que teníamos en stock», explica Alberto Lema, de la cooperativa Agrigga Carne, que antes de la crisis vendía sobre todo a comedores y empresas de cátering. Él tiene muy claro que el sistema no solo funciona bien, sino que debería mantenerse en el tiempo. «En Galicia hay una atomización tan grande que es difícil homogeneizar la producción», explica. Ahí es donde Mercaproximidade puede ayudar, «unificando los volúmenes y ofreciéndolos de forma conjunta a la distribución». Apuesta por reunir a productores y cadenas de distribución con la consellería y buscar fórmulas que permitan repetir el éxito de Mercaproximidade. «No puede ser cosa de un día», añade.

«Una parte muy importante de nuestros clientes son del canal de la hostelería y todas esas ventas se nos cayeron», cuenta Carmela Cano, responsable de los quesos Galmesano. Y aunque su marca ya estaba en el sector de la alimentación, el programa le ha permitido «entrar en sitios en los que no trabajábamos y reforzar los que teníamos». También ella es partidaria de mantener el sistema, al que le encuentra otra ventaja. «Lo que me parece muy importante es todo ese trabajo de promoción del producto de calidad gallego que lleva aparejado el programa», explica. Se refiere al #VoudeSuperFeirón, la campaña de comunicación y sensibilización que acompaña a esta iniciativa y que busca dar visibilidad a los productos que en ella participan. Persigue esta un doble objetivo: primero destacar la calidad de los alimentos que produce el campo gallego y, en segundo lugar, hacer ver a los consumidores que con su compra pueden ayudar a la viabilidad del sector agroganadero de la comunidad.

Por eso todos los productos de Mercaproximidade están perfectamente identificados en los lineales de los supermercados. Para que el consumidor pueda saber que si adquiere ese alimento estará echando una mano a los agricultores y ganaderos gallegos, esos que no han dejado de trabajar en ningún momento para garantizar el suministro durante toda la crisis

«Lo que más me alegra de esta donación es que los productos se han comprado a los ganaderos y agricultores»

De la granja a la mesa. A las de los hospitales, pero también a las de distintas oenegés como Padre Rubinos, en A Coruña; la Cocina Económica, en Santiago; Cáritas, en Ourense; los comedores Vida Digna y San Francisco, en Vigo, o las de las familias que piden ayuda a los bancos de alimentos de Lugo u Ourense. A todas esas mesas llegaron huevos, patatas, quesos, carne de productores de Ternera Gallega, de ganaderos de ovino y caprino, de porco celta... Hasta ahí llegaron los productos de esos ganaderos y agricultores a los que se les cerraron los canales habituales de distribución de sus mercancía. Lo hicieron también de la mano de Mercaproximidade porque, además de dar salida a esos alimentos a través de las grandes cadenas, Medio Rural ha realizado compras de stock para surtir a los centros sanitarios o a distintas oenegés de la comunidad.

Hasta un grupo de chefs ha realizado un menú especial con ellos. Fue repartido luego entre los usuarios gallegos de World Central Kitchen, la oenegé de José Andrés. No solo eso: «Houbo un hospital que elaborou un menú pediátrico usando carne de porco celta», explican desde Asoporcel.

Esas compras a gran escala no solo son un alivio para agrilos productores, también para muchas familias a las que el parón laboral ha tocado de lleno en sus economías. Personas que hasta hora no habían pasado nunca por bancos de alimentos como el de Lugo, pero que se han visto obligados a acudir. 

 

A la institución lucense, como cuenta su responsable Amadora Núñez, llegaron 100.000 kilos de patatas, 2.000 tarros de miel, 2.000 quesos... Mañana está previsto que entren otros tantos kilos de tubérculos. «¿Sabes lo que es eso? -pregunta Amadora-. No sabes lo que le arregla a una familia un saco de patatas y unos huevos. Con eso no pasan hambre. Además, ¡oye!, son patatas buenas, de A Limia». No es habitual que los productos frescos lleguen a los bancos de alimentos. Solo lo hacen de vez en cuando.

Para esta mujer que a lo largo de los años ha visto cómo se las tienen que arreglar muchos hogares para acabar el mes, la llegada directa del campo de estos alimentos «es una auténtica maravilla».

 Ayuda doble

Pero hay algo que, como dice, agradece incluso más: «Lo que me alegró de esta iniciativa es que Medio Rural no es un mero intermediario que canaliza las donaciones hacia las oenegés, ha comprado los alimentos a quienes los producen para luego donarlos. Solo piensa lo que sería para ellos tener que tirarlos». La ayuda en este caso avanza, por tanto, en doble vía.