La política y la sequía apagan la estrella de Freixenet, que anuncia un ERE

M. Cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

AGRICULTURA

María Pedreda

La histórica empresa de cava despedirá a un 24 % de su plantilla

25 abr 2025 . Actualizado a las 10:25 h.

Freixenet parece haber perdido su estrella. Ni la compra en el 2018 del 50,7% del gigante del cava catalán por unos 220 millones de euros por parte del grupo alemán Henkell, tras llegar a un acuerdo con dos de las tres ramas de la familia propietaria después de dos años de negociación, ha podido ganar la batalla a la sequía y a las consecuencias que ha tenido la incertidumbre generada en su día por el procés para algunos productos como el cava. Las primeras en desaparecer fueron las estrellas que cada Navidad se introducían en los hogares españoles a través del televisor. El anuncio sin burbujas del 2018 dejó un sabor agridulce. Parecía un augurio de lo que vendría después.

Primero fue la solicitud el año pasado de un expediente de regulación temporal de empleo para 615 personas de Freixenet y Segura Viudas debido a causas de fuerza mayor derivadas de una sequía que hizo caer la producción de uva a mínimos históricos en la comarca del Penedés. La justificación fue rechazada por la Generalitat y, según Efe, la empresa presentó entonces otro ERTE por causas objetivas que estuvo activo hasta el 31 de diciembre del 2024.

Pero ayer la empresa anunció un expediente de regulación de empleo (ERE) que supondrá el despido de un máximo de 180 empleados de las sociedades Freixenet y Segura Viudas, un 24 % de la plantilla que el gigante del cava tiene en España. Los que parece que no estarán tocados son los trabajadores de Comercial Grupo Freixenet. Con la regulación busca reestructurar «sus operaciones de producción» porque, como dicen desde el grupo en un comunicado, la sequía ha llevado al sector del cava «a una crisis sin precedentes» dado que «la producción ha disminuido en el sector en general y en Freixenet en particular».

La reducción de las reservas, junto con el aumento de costes de las materias primas, como añaden, «han agravado el desajuste entre la demanda del mercado y la sostenibilidad operativa».

Atrás quedan los años en los que, desde aquella Navidad de 1977 en la que Liza Minelli felicitó las fiestas con cava Carta Nevada y cabaré, celebridades con mayúsculas —desde Gene Kelly a Paul Newman, pasando por Raquel Welch, Sharon Stone, Kim Basinger o la pareja formada por Inés Sastre y Christopher Reeve— protagonizaban el anuncio más esperado del año rodeados de burbujas como las 130 mujeres reunidas por la directora Iciar Bollaín en el 2013, coincidiendo con el 41 aniversario del primer anuncio de Freixenet.

Pero a lo largo de su historia el grupo familiar, totalmente catalán hasta el 2018, no solo se fijó en el cava. En 1996, el mismo año en el que Anthony Queen y su hijo Lorenzo protagonizaron junto a Mar Flores, Sofía Mazagatos y Juncal Rivero el anuncio de Navidad, Freixenet se convirtió en uno de los primeros grupos vitícolas en poner una pica en Rías Baixas. Fue Pedro Ferrer, vicepresidente del grupo, el que supo ver un diamante en bruto en la explotación vitícola que en su día había regentado Laureano Oubiña en Pazo Baión cuando no la quería nadie. Según contó La Voz entonces, hasta llegaron a sacar al mercado aquel año unas botellas de Pazo de Baión y de Vionta con una etiqueta en la que se contaba que la bodega estaba intervenida por la Audiencia Nacional. «El márketing funcionó», decía la información. Y tanto que lo hizo.

Más tarde, cuando la bodega salió a subasta, Freixenet pujó. Pero le ganó la partida Condes de Albarei. Los catalanes se quedaron con Vionta, unos vinos que ahora forman parte del grupo Ferrer Miranda, fundado en el 2019 tras la compra por parte de Pedro Ferrer de cuatro bodegas al grupo Freixenet para elaborar «vinos tranquilos». Además elaboran vinos en las denominaciones de origen de Monterrei, Rueda y Navarra.

El ERE anunciado ayer es solo un capítulo más de una historia que empezó Francesc Sala Ferrés en Sant Sadurní d’Anoia (Barcelona) en 1861. Entonces, una plaga que destruyó las viñas estuvo a punto de cortar de raíz su sueño. No lo logró. Aquel tropiezo solo nubló la estrella que ahora intenta volver a recuperar.