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El Observatorio de Bienestar Animal denuncia a una piscifactoría de Salamanca por mala praxis al sacrificar las truchas

Somos Mar REDACCIÓN / LA VOZ

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La empresa señalada, Piszolla, asegura que cumple escrupulosamente la legalidad, que desconoce la demanda y revela amenazas porque se ha negado a suscribir el compromiso que le ponía delante la oenegé

22 may 2024 . Actualizado a las 08:00 h.

Dentro de su primera campaña de sensibilización sobre el maltrato animal en piscifactorías españolas, la oenegé Observatorio de Bienestar Animal ha presentado una denuncia administrativa ante la Comunidad de Castilla y León contra la empresa Piszolla, líder española en el cultivo de trucha arcoíris, por un presunto incumplimiento de la ley 32/2007 en el proceso de sacrificio de los peces, al emplear el sacrificio en hielo y prescindir del aturdimiento previo. Esta técnica consiste en sumergir a los peces vivos en una mezcla de hielo con agua, o en hielo directamente, lo que produce la muerte de los animales por hipotermia o asfixia. Debido a que el enfriamiento reduce la tasa metabólica y las necesidades de oxígeno, puede prolongar la agonía, y algunas especies adaptadas al frío tardan más de una hora en morir.

La agrupación se remite a unas imágenes obtenidas con cámara oculta en el 2022 y divulgadas por la Fundación Franz Weber en las que un trabajador de una piscifactoría admite que los peces tardan una hora y media en morir mediante el sacrificio en hielo. Sin explicitar si ese operario trabaja en Piszolla, el comunicado del observatorio señala que algunas imágenes corresponden a la piscifactoría de Piszolla en Alba de Tormes (Salamanca), en las que se ve cómo los trabajadores amontonan a los peces empujando con un panel dentro del agua, para que se puedan extraer más rápido con la maquinaria y se observa cómo «algunos peces llegan aún conscientes, moviéndose, a la fase del desangrado».

Por estos hechos, «el Observatorio de Bienestar Animal ha interpuesto una denuncia a la empresa Piszolla, por una supuesta infracción muy grave en sus prácticas de sacrificio, al utilizar métodos cruentos que no se corresponden con las recomendaciones científicas para evitar el sufrimiento».

Cuenta la asociación que este método de sacrificio está desaconsejado (que no prohibido) por la comunidad científica, así como por la Unión Europea y otras autoridades, «por el sufrimiento innecesario que supone para estos animales». La oenegé se remite a una opinión científica la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) que dictamina que que la asfixia en hielo es uno de los peores métodos en cuanto a bienestar animal y refiere que la propia Asociación Empresarial de Acuicultura de España (Apromar), reconoce que «la Organización Mundial de la Sanidad Animal desaconseja el sacrificio en hielo porque «genera mucho estrés, ansiedad y sufrimiento en los peces». La entidad señala que varias piscifactorías en España «ya se han comprometido públicamente a reemplazar sus sistemas de sacrificio hacia sistemas de aturdimiento eléctrico más humanitarios; sin embargo el mayor productor de trucha en España, Piszolla aún no lo ha hecho». Así, instan al grupo de capital francés «a reemplazar sus sistemas de sacrificio».

Sin conocimiento de la denuncia

Precisamente esa negativa a firmar el compromiso que el Observatorio le ponía delante podría estar detrás de una denuncia que la que la dirección de Piszolla asegura no tener conocimiento. De hecho, solo ha sabido de esa demanda a través de los medios de comunicación que han contactado con la compañía para contrastar la noticia.

En respuesta a una consulta planteada por este periódico, Piszolla subraya que «nuestros métodos de aturdimiento y sacrificio son totalmente legales ya que cumplimos con la normativa de aplicación existente en Europa, así como las distintas trasposiciones que hay a nivel nacional». No es porque lo afirme la empresa sino que «así lo reconocen las autoridades ganaderas y sanitarias que realizan las preceptivas inspecciones y comprobaciones en esta materia y hasta la fecha jamás hemos tenido ni una sola sanción ni siquiera recomendación por incumplimiento de la legislación en materia de bienestar en el sacrificio animal». Apuntan, además, que cada año se someten a «certificaciones voluntarias adicionales a las de las autoridades, tan exigentes y reconocidas como Global Gap, que entre otros muchos aspectos verifica el estricto cumplimiento del bienestar animal, no solo en el sacrifico sino a lo largo de todo el ciclo productivo».

Y como muestra de que se preocupan por el bienestar animal «hemos decidido cambiar nuestros métodos de aturdimiento a otros más novedosos» y desde enero del 2022, en las instalaciones que la empresa tiene en Francia aplica «un sistema de aturdimiento de última generación por electronarcosis». Además, «hemos viajado distintas instalaciones europeas y entablado conversaciones con diferentes proveedores con el objetivo de conocer otros sistemas parecidos y poder elegir cual es el sistema que mejor se adapta a cada una de nuestras instalaciones». Finalmente a finales de este mes comenzará la instalación de un sistema de electronarcosis en nuestra sala de procesado de Alba de Tormes.

Asimismo, apuntan, participan, junto a Apromar y todo el sector, en el grupo de trabajo que desarrolla la guía de bienestar animal en la trucha arcoíris, equipo en el que están presentes algunas oenegés de ámbito animalista «con las que trabajamos con franqueza y apertura».

Por eso que, aunque «no podemos asegurarlo», la supuesta denuncia podría ser parte de la estrategia de presión de la misma oenegé «que desde hace unos meses nos está amenazando con este tipo de acciones si no accedíamos a publicar un comunicado con su compromiso con el bienestar en el sacrificio de los peces en nuestros medios de difusión». Pero «ni Piszolla ni Aqualande publican comunicados de terceros porque tenemos nuestros propios compromisos». Terminan indicando que «a nosotros lo que realmente nos interesa es el bienestar animal de nuestros peces, no publicitar nuestras acciones aireando compromisos en la web que serían una medalla para agentes que no han participado del proceso».

Y como ya han advertido a la oenegé, «en el caso de que se dañe falsamente nuestra reputación a los ojos de nuestros clientes y consumidores, y que de hecho supongan un riesgo económico para nuestra empresa, por difamación, emprenderemos acciones legales contra quienes lo hagan, por difamación».