La conserva ve 4.665 empleos en riesgo si se firma un pacto comercial con Tailandia
SOMOS MAR
Las principales patronales y sindicatos del sector firman en Santiago una declaración conjunta en contra de los acuerdos con terceros países que minen la competencia
25 oct 2024 . Actualizado a las 04:45 h.Las principales patronales y sindicatos de la industria conservera comunitaria firmaron ayer en Santiago una declaración conjunta en la que suman fuerzas para defender su negocio de la competencia desleal que suponen las condiciones en las que se suscriben algunos acuerdos comerciales con terceros países. El que la UE persigue con Tailandia es el mayor exponente, pero no son menos lesivos, al entender del colectivo, otros que se tramitan con otros países del sudeste asiático, especialmente perjudicial para la conserva de atún. Según apuntan, un estudio de impacto socioeconómico realizado por la consultora EPPA estima que «la inclusión del atún en el futuro acuerdo de libre comercio entre la UE y Tailandia, provocaría en un período de 10 años, unas pérdidas de ingresos a la industria comunitaria de más de 805 millones, y una pérdida de 4.665 empleos a tiempo completo. Sería casi un cuarto de los 20.000 empleos que genera en Europa el sector de la conserva de atún, que supone el 70 % de la producción tal. Puestos de trabajo, además, ocupados principalmente por mujeres de entre 40 y 64 años en zonas costeras de Portugal, España e Italia.
Estos puestos de trabajo estarían amenazados, explican, si se permite la entrada sin aranceles del país que es el primer productor del mundo de conservas de atún (500.000 toneladas al año) sin exigirle que cumpla con los estándares europeos en materia laboral, medioambiental y sanitaria. Según exponen, hasta el 45% del atún desembarcado en Tailandia no sería apto para su comercialización en la UE porque no cumple las disposiciones europeas en materia de lucha contra la pesca ilegal o a la falta de autorización sanitaria para la exportación. Eso sin contar que Tailandia no ha ratificado todavía «convenios fundamentales en materia de derechos humanos, como la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, o en materia laboral, como el Convenio sobre la Libertad Sindical o el Derecho de Sindicación y Negociación Colectiva».
Asociaciones como Anfaco-Cecopesca (España) y Anicp (Portugal), junto con los sindicatos UGT-FICA (España), FAI-CSIL (Italia) y UGT (Portugal) son los agentes sociales que han dicho basta con una declaración que trasladará a las instancias nacionales y comunitarias la exigencia de que se excluya la conserva de atún del ámbito de los acuerdos comerciales.
Por eso los agentes sociales abogan por acuerdos comerciales equitativos, fundamentados en rigurosos estudios de impacto que consideren la opinión de todos los sectores implicados. Así, «deben promoverse los procesos de internacionalización, que no de deslocalización, como medio para asegurar el crecimiento y la consolidación de las industrias en territorio comunitario».
Si bien la conserva de atún es considerada en política comercial un producto sensible, en la práctica no se defiende de forma eficaz, al entender de la conserva. Cita el precedente con Vietnam, que muestra una liberalización técnica a la entrada en vigor del acuerdo «al otorgarse un contingente de 11.500 toneladas las mismas que exportaba como media previamente, pese a contar con una tarjeta amarilla por pesca ilegal, dicen». Es decir, añaden, se introduce un «caballo de Troya» en cada negociación contra los intereses del sector europeo, con un contingente que se podría ver incrementado en futuras modernizaciones del acuerdo UE-Vietnam.
En ese panorama, la declaración «pretende visibilizar esta problemática que atenta contra los estándares sociales y empleo de las fábricas europeas, solicitando una defensa de la industria y una consideración estratégica de la conserva de atún».