Los pescadores recreativos cargan contra la prohibición total de pescar lubina
SOMOS MAR
Quieren que se incorpore en la definición de la actividad que las capturas pueden destinarse al autoconsumo del aficionado o de su familia
26 sep 2025 . Actualizado a las 14:07 h.Las de la Consellería do Mar no han sido las únicas alegaciones a la propuesta de real decreto que regula la pesca marítima de recreo en aguas exteriores. Varios colectivos y entidades han hecho aportaciones durante el trámite de audiencia pública. Es el caso de la Asociación Sociocultural A Ribeira de Foz, que ha puesto en duda incluso la falta de motivación del proyecto normativo para regular una actividad que, recuerdan, practican en España casi seis millones de personas, que dan razón de ser a más de 2.000 comercios especializados y otras 40.000 empresas relacionadas y proporcionan empleo a 75.000 personas. No lo dicen ellos, sino que se remiten al Estudio Socioeconómico, Ambiental y Legislativo sobre la Pesca Marítima en el Litoral español, que habla de un negocio millonario, con bajo impacto sobre el medio marino y con beneficios físicos, mentales y sociales para la población.
Aunque muchas de las alegaciones coinciden con las de la Xunta, las de los aficionados aportan la perspectiva de la experiencia y, así, recalcan la necesidad de incluir en la definición de pesca recreativa que las capturas pueden dedicarse al autoconsumo, sea del pescador o de sus familias, salvo en competiciones oficialmente autorizadas, en las que podrá entregarse con fines sociales o benéficos, quedando prohibida en todo caso su venta o comercialización». Y es que la ausencia de ese vocablo en la definición no solo «genera incertidumbre normativa», sino que también «abre la puerta a sanciones desproporcionadas». Para este tipo de actividad reclaman «condiciones diferenciadas de control, limitación y tasas». Porque, además, el «autoconsumo forma parte del acervo cultural de las comunidades costeras y rurales, contribuyendo a la cohesión social y la seguridad alimentaria», apuntan.
Por eso que la declaración obligatoria de capturas que pretende Madrid debe permitir que haya una alternativa no digital para los mayores y colectivos vulnerables. Además, habría que facilitar a todos los aficionados un listado oficial de especies sujetas a declaración y a protección diferenciada e, incluso, un período de transición y programas de alfabetización digital.
No acaban de entender los recreativos la prohibición total de pescar lubina, pues los datos muestran que existe un incremento de descargas por parte de los profesionales, pero no de los aficionados. Y como la robaliza, el besugo, pues la presión de los recreativos «es irrelevante». Para ambas especies sugieren «establecer cuotas y vedas proporcionales» para la pesca de ocio. Para el pulpo, lo mismo. No creen que sus capturas afecten a la situación del stock y sugieren imponer vedas, tallas y cuotas en lugar de la prohibición. La corvina negra «no es especie objetivo de los aficionados», por lo que el veto es excesivo, a su juicio.
Los de A Ribeira de Foz señalan que la inclusión de la lubina o el lenguado entre las especies de protección diferenciada genera «inseguridad jurídica» en modalidades desde costa o submarina. Solicitan una regulación clara de acceso y una reevaluación de la conveniencia de incluirlas en el listado del anexo II.
Entre las propuestas técnicas que hace el colectivo figura un acceso regulado a moluscos y crustáceos, como el pulpo, la centolla, el bogavante, la nécora o el erizo de mar, con cupos reducidos y tallas mínimas. Todo, bajo una evaluación científica periódica.
La asociación pide, asimismo, que se reconozca el valor social, cultural y de bajo impacto ambiental de esta actividad, al igual que se recoja expresamente la pesca submarina y desde costa como modalidades específicas.
Otra de las peticiones es que se adapte el régimen sancionador a la naturaleza no comercial de la pesca recreativa.