Importaciones con menos requisitos amenazan a la acuicultura española
ACUICULTURA

La patronal Apromar reclama que a los productos de terceros países se les exija lo mismo que a los suyos
25 jun 2025 . Actualizado a las 04:45 h.La acuicultura española insta a las instituciones europeas medidas para favorecer la reciprocidad normativa con terceros países y socios no comunitarios para evitar un desequilibrio competitivo respecto al sector de la acuicultura español, ya que las exigencias de calidad del pescado de importación están lejos de los altos estándares nacionales, según informa la Asociación Empresarial de Acuicultura de España (Apromar).
En concreto, la acuicultura se ha consolidado como uno de los pilares del abastecimiento de pescado de alta calidad en el mercado nacional, un sector que cumple los estándares más estrictos en materia de sanidad, sostenibilidad y bienestar animal.
Sin embargo, la patronal precisa que los productos acuícolas importados que llegan al mercado europeo «no siempre están sujetos a esos mismos niveles de exigencia», lo que genera un «desequilibrio competitivo» que amenaza la viabilidad de las instalaciones de acuicultura en España.
En este contexto, Apromar reclama que se apliquen condiciones de reciprocidad a las importaciones procedentes de terceros países y de países europeos no comunitarios para que cualquier producto acuícola que acceda al mercado común europeo lo haga bajo los mismos criterios regulatorios que aplican para la producción de esos mismos pescados en la Unión Europea.
El pescado importado de terceros países «suele tener costes de producción más bajos debido a regulaciones menos exigentes, entre las que se encuentran las condiciones laborales. Esto afecta a la competitividad de los productores nacionales, quienes deben cumplir con normativas más estrictas para garantizar calidad y sostenibilidad», ha asegurado la profesora de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), directora del Instituto de Acuicultura Torre de la Sal y miembro del Comité Científico de Acuicultura de España, Ariadna Sitjà Bobadilla.
«El pescado importado suele producirse en condiciones menos estrictas, lo que genera una competencia desleal para los productores españoles, que operan bajo una de las legislaciones más exigentes del mundo», ha explicado.
España cuenta con un sólido marco regulatorio para garantizar la seguridad alimentaria y trazabilidad del pescado que llega al consumidor. En este sentido, el Plan Nacional de Control Oficial de la Cadena Alimentaria (Pncoca), gestionado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, establece inspecciones periódicas, medidas de bioseguridad para proveer de una trazabilidad integral.
Además, la legislación de la Unión Europea obliga a que todos los productos de pesca y acuicultura sean plenamente trazables en todas las fases de la cadena: producción, transformación y distribución. «La trazabilidad juega un papel clave al proporcionar información clara sobre origen y método de producción. Todo el pescado a la venta debe tener visible la etiqueta donde indica su origen, zona de captura, puerto de desembarco, si es de pesquerías o de crianza, etc.», ha señalado Sitjà.
Apostar por una acuicultura nacional exigente y regulada, como la que se practica en España, es también una apuesta por el desarrollo local y la soberanía alimentaria. «Los altos estándares garantizan productos seguros y sostenibles. Además, fortalecen la economía local, y reducen la dependencia de importaciones de países con regulaciones menos estrictas», ha recalcado.
De esta forma, el sector acuícola reitera la «necesidad urgente» de establecer mecanismos regulatorios que aseguren la igualdad de condiciones entre productos nacionales e importados, e insta a revisar las condiciones actuales de acceso al mercado europeo para productos de acuicultura de fuera de la UE y garantizar que todos los productores, sean nacionales o extranjeros, compitan bajo las mismas reglas.