No existe sostenibilidad en la pesca sin rentabilidad
PESCA Y MARISQUEO
Hace unos días he leído las conclusiones de la abogada general del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). Aunque no son vinculantes, sí son preocupantes al entender la jurista que los TAC se deben ajustar al Rendimiento Máximo Sostenible (RMS) desde el 2020, sin las consideraciones social y económica, porque el Reglamento base de la Política Pesquera Común (PPC) así se lo exige al Consejo Europeo.
Ante todo y con todo el respeto, acepto las declaraciones de la señora Tamara Capeto, pero no puedo compartirlas y para ello, voy a tratar de argumentar lo siguiente:
La norma base, el Reglamento la PPC, dice que «debe garantizar que las actividades de la pesca y la acuicultura contribuyen a la sostenibilidad medioambiental, económica y social a largo plazo», así como «contribuir al aumento de la productividad, a un nivel de vida adecuado para el sector pesquero, incluido el sector de la pesca a pequeña escala».
Abunda en lo mismo cuando establece que «el acceso a las pesquerías debe basarse en criterios transparentes y objetivos, entre otros, de carácter medioambiental, social y económico»”. Insiste cuando señala que «la PPC deberá garantizar que las actividades de la pesca y la acuicultura sean sostenibles ambientalmente a largo plazo y se gestionen de forma coherente con los objetivos de generar beneficios económicos, sociales y de empleo, y de contribuir a la disponibilidad de productos alimenticios».
En la misma línea, prosigue señalando el deber de «crear condiciones para que sea económicamente viable y competitivo el sector de las capturas pesqueras», así como el de «contribuir a asegurar un nivel de vida adecuado a aquellos que dependen de las actividades pesqueras, teniendo en consideración la pesca costera y los aspectos socioeconómicos», sin olvidar el de «fomentar las actividades de la pesca costera, teniendo en cuenta los aspectos socioeconómicos».
Vamos a poner unos ejemplos, de la aplicación o intento de aplicación, de únicamente una de las tres palas de la sostenibilidad, en este caso, de la medioambiental. Las evaluaciones científicas o informes científicos, están realizados por expertos de reconocido prestigio, en lo que nos ocupa por el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (CIEM), pero como son humanos pueden tener fallos o errores.
Bacaladilla, merluza, sardina
Por ejemplo, en la bacaladilla. El Consejo de Ministros de Pesca de la UE en 2010 estableció para 2011 un recorte del 93 % para las aguas ibéricas. Lo que ocasionó para Galicia unas pérdidas de 40 millones de euros, de ellos 12 en la flota pesquera (arrastre de fondo) y 28 en la industria dependiente. En marzo de 2011 la Secretaría General de Pesca del Gobierno de España y la Consellería do Mar de la Xunta de Galicia, con un informe socieconómico elaborado por la Universidade de Santiago de Compostela, consiguen traer de Bruselas 1.300 toneladas. En el Consejo de diciembre de 2011 se repara el error detectado y se incrementa la cuota un 800%.
Otro ejemplo, la merluza: «Los científicos cambian el modelo de evaluación de la merluza sur y elevan un 70% su propuesta para fijar la cuota». Además, el CIEM precisa que a lo largo de estos años subestimaron la biomasa de la especie en Gran Sol en un 71%. Y no fue porque los pescadores no lo advirtieran, es decir, no estaba tan mal como lo atestiguaban los científicos del CIEM. Es más, hasta llegaron a proponer hace diez años un TAC cero, que se pudo retirar con un plan de recuperación. En el 2020, recortaron un 18 % la cuota y en 2021 acordaron proponer un aumento del 70 %, y este año 2023 un incremento del 10%. Todo porque se ha cambiado el modelo de evaluación y se estudia el crecimiento y la mortalidad natural separados por sexo. Ahora« la presión pesquera sobre la merluza está por debajo (F<Frms) de la que admite el RMS y la biomasa reproductora por encima (B>Brms) de ese límite»”.
Y otro más, la sardina. Aunque no está gestionada por TAC, quisiera recordar que en el 2017 el Consejo propuso dejar de pescarla por un período de 15 años con el fin de poder recuperar la especie. La cuota cero que proponían los científicos, la esquivaron España y Portugal, ya que tanto los sectores, como las comunidades autónomas argumentaron que las consecuencias sociales y económicas llevarían a la flota del cerco de ambos países a prácticamente desaparecer al ser una especie fundamental en sus pesquerías. Con la ayuda del IEO y el IPMA se realizó un plan de gestión-recuperación por los gobiernos de España y Portugal, el cual ha tenido sus frutos a través del CIEM, con 9.660 toneladas en el 2020, 40.434 en el 2021, 41.777 en el 2022 y 43.684 en el 2023. Para el 2024 propone unas 38.992 toneladas, la primera rebaja desde 2019. No obstante, según el informe del CIEM, «la presión pesquera sobre la población está por debajo de la mortalidad por pesca coherente con la consecución del RMS, es decir, la mayor captura o rendimiento medio que puede obtenerse de forma continuada de una población».
Concluyendo, hemos comprobado como la normativa base garantiza que las actividades de la pesca y la acuicultura serán sostenibles a largo plazo y sostiene que deberán gestionarse de forma coherente con los objetivos de generar beneficios económicos, sociales y de empleo, así como a la disponibilidad de productos alimenticios. Por lo tanto, hasta que se revise, modifique o derogue por otro Reglamento, lo que no ha sucedido, se tiene que seguir aplicando la triple hélice.
Además, no observamos en todo el texto, tanto en los considerandos como en el articulado, una taxativa aclaración sobre lo que se argumenta la abogada general del TJUE. Es decir, no se afirma que a partir del 2020 se van a dejar de aplicar las palas de lo social y de lo económico y que solamente se aplicará la medioambiental.
He puesto unos ejemplos de lo que ha sucedido con unas especies, que, por cierto, existen más que estarían en la misma dinámica. Como se ha podido comprobar se ha pretendido aplicar la información científica o ambiental, pero de no ser por las cuestiones sociales y económicas para modular la pala científica, estaríamos hablando de desastre en la flota española.
No obstante, tenemos que decir que se ha iniciado un éxodo en la flota, es decir, se han exportado buques a terceros países, principalmente de África, como Marruecos, Senegal y Mauritania o cambio de bandera para Reino Unido, Francia… como consecuencia de las políticas de la UE. Por último, si aplicáramos unicamente a los TAC la cuestión ambiental o científica, estaríamos, entiendo, en un agravio comparativo con el resto de cuestiones que se tratan en el Reglamento de la PPC, a no ser que quiera o quieran que exista únicamente peces, pero entonces no habrá pescadores para capturarlos y los alimentos seguirán aumentando el porcentaje que importamos, que me imagino que sabrá o sabrán que en estos momentos es del 70 %.
Recapaciten, reflexionen y tengan en cuenta que no existe sostenibilidad mientras no exista la rentabilidad o lo que es lo mismo, la cuestión socioeconómica.