El mar siempre está presente en Faena, «un local con vistas al mar y a la cocina»
01 feb 2025 . Actualizado a las 10:00 h.Todos los detalles están cuidados. La puesta en escena, la atención, la decoración, la cubertería, la vajilla, la cava de vinos, las mesas, las sillas y unas imponentes ventanas por las que se puede ver el mar y, a lo lejos, el puerto exterior de A Coruña. Te reciben con los brazos abiertos y una carta de cócteles. Solo falta ponerse a comer para ver si la cocina está a la altura del local. Faena es un restaurante gastronómico que seguro que entrará en las quinielas de una posible estrella en la Guía Michelin. Es el último milagro de Caión, una localidad famosa, entre otras cosas, por su romería de la Virgen de los Milagros. «Siempre tuvimos la idea de dar un paso más. Tener un lugar con vistas al mar y a la cocina y contar con una parrilla donde poder hacer todo tipo de platos. Darle un toque personal transmitiendo lo que queremos a través de los platos y del servicio. Nos gusta la hostelería», explica Alberto Cuenca. Él se encarga de la sala y de los vinos junto con Daniel Mosqueira.
Su socio, Adrián Loureiro, y Martín López Prego son los responsables de los fogones. Dicen que les gusta la hostelería y ya llevan años dando muestra de ello a pocos metros de este nuevo proyecto. Hace siete años abrieron Furna Atlántica, también con sabor a salitre, y desde el primer día se convirtieron en un local de referencia. «Es un concepto distinto porque lo mismo puedes tomar un bocadillo de calamares o una ensaladilla que un bogavante con huevos fritos. Tengo que decir que cuando lo incluimos en carta no era algo que estuviese de moda como ahora y casi nadie lo preparaba. Hay mucha gente que nos lo encarga y viene a propósito para comerlo», destaca Alberto, natural del Valle de Arán y que se vino a Galicia por amor. Habla con pasión de todo lo que hace y también de su hijo, que se llama Arán, como su lugar de procedencia.
NOMBRES MARINEROS
El mar siempre está presente en Faena. Si levantas la cabeza ves las olas romper contra el puerto; si miras la carta te encuentras con los entrantes, que ellos denominan embarque, y con los platos de pescado, bajo el epígrafe de capturas. Y así todo. Te puedes dejar seducir por un menú degustación. Ofrecen dos, uno de nombre Capitán y otro Pirata, a 49 y 65 euros por persona, respectivamente. Buscaron un pan maravilloso en una panadería de A Laracha que te animan a mojar en aceite o untar en él una mantequilla casera.
«Abrimos en julio y el verano resultó muy bien. Ahora estamos trabajando mucho los fines semana, incluso el domingo, que fue de temporal, llenamos», destaca Alberto. La verdad es que es de esos rincones que tienen tanto encanto con buen tiempo como con malo. No se dejen intimidar por el exterior del edificio en el que se ubican, una de esas construcciones costeras gallegas difíciles de calificar. Entren con los ojos cerrados y ábranlos cuando estén dentro, asomados al mar y a una cocina cuidada y elaborada cargada de matices. La comida está a la altura. Es difícil destacar un plato por encima de otro, la vieira curada con salsa bearnesa, el vitello tonnato, la lubina con un pilpil elaborado con la cabeza del mismo pescado y acompañado de crema de puerro braseado y una imponente entraña de Black Angus de Estados Unidos. El último milagro de Caión.