Vasco Coelho: «Muchos mariscadores no me venden marisco porque en Galicia les pagan más»

YES

Diogo Rocha

Su paso por Mugaritz le marcó tanto que bautizó su restaurante como Euskalduna. Pero no, no hace cocina vasca. Ni tampoco se ciñe al recetario portugués. Con una estrella Michelin, participa en el PortAmérica

07 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

«Yo me llamo Vasco y mi restaurante Euskalduna. Imagínate qué tipo de cocina pensaba la gente que hacía cuando abrimos», bromea Vasco Coelho, cocinero portugués con una estrella Michelin que el próximo fin de semana participará en el Showrocking del festival PortAmérica. Vasco abrió Euskalduna en el centro de Oporto en el 2016, con el objetivo de proponer una cocina que combinase creatividad, técnica y producto local, en un ambiente «cómplice» y con la voluntad de romper barreras. Entre ellas, las que separan al cocinero del comensal. «Yo no tengo empleados de sala. Lo que quiero es transmitir la sensación de que estás comiendo en mi casa. Quiero que la gente se olvide de que está en un restaurante y disfrute relajada».

—Además del nombre del restaurante, ¿qué tomas de la cocina vasca?

—Ni sus técnicas ni sus platos, sino su forma de mirar y estar en la cocina. Estar en Mugaritz me ayudó a ser un cocinero y una persona diferente.

—¿Por qué dices que no haces cocina portuguesa, pero que tu restaurante es un homenaje a la gastronomía lusa?

—No sigo el recetario portugués, pero sí que trabajamos todo con producto portugués. No creo que para hacer un homenaje a Portugal solo tengamos que hacer platos portugueses.

—En Euskalduna Studio el mar es el gran protagonista.

—Sí. También hay vegetales y algún plato de carne, pero sobre todo mucho mar: mariscos, pescados... Eso es lo que me gusta. Y yo cocino lo que me gusta.

—¿Qué conoces y qué destacarías de la cocina gallega?

—¡Uy!, me encanta. Yo soy muy amigo de Pepe Solla. Él era mi cliente en Euskalduna y a mí me hacía muchísima ilusión que un chef como él nos viera como niños que podían alcanzar algo y hacer cosas diferentes. También conozco a Pepe Vieira. A Culler de Pau fui este año y me encantó. En Santiago tengo una enorme fascinación por Casa Marcelo. He estado en A Coruña, en Pontevedra... La cocina gallega es muy de mar, muy sencilla, muy de producto. El uso del pulpo me encanta. Y el respeto que hay por el marisco, que se paga bien... Muchos mariscadores me dicen que no me venden a mí porque van a Galicia y les pagan más. Y es verdad. En Galicia se da mucho valor al producto.

—Esta va a ser tu segunda participación en el PortAmérica. ¿Cómo recuerdas aquella experiencia?

—Fue algo increíble. Para mí es un honor. Amo la cocina y amo la música. Y creo que son dos mundos que se complementan maravillosamente. Este año voy a llevar dos platos que son muy característicos de nuestro pueblo y que creo que a la gente le van a encantar.

—¿Sois los cocineros las nuevas estrellas del rock?

—Prefiero no pensar en eso porque luego no estamos concentrados en lo que es nuestra profesión. Es cierto que hoy en día se le da más espacio a la cocina y la gente quiere saber más sobre los productos y los productores y eso me parece maravilloso, pero no me creo una estrella del rock.

—¿Hay límites en la cocina?

—Yo creo que no. Cada vez hay más gente que la lleva a sitios muy diferentes y que hace cosas a las que no estamos habituados. Hay muy buenos cocineros que, sabiendo utilizar la ciencia, están rompiendo los límites y eso me parece superbién. Por ejemplo, Andoni Aduriz es una de esas mentes que está demostrando cuán lejos podemos ir con la comida.

—¿Conseguir dos estrellas Michelin es una meta?

—Yo siempre dije que ganar una estrella no era un objetivo, pero siempre tienes metas en la cabeza. Teniendo la primera, la segunda estaría bien, ¿no? Yo creo que pondría el restaurante en otro plano. Lo que sí te prometo es que no vamos a cambiar nuestra mentalidad ni nuestro espíritu por alcanzar la segunda. Si la consigo, quiero que sea como la primera, con naturalidad y porque lo merecemos. Desde luego, es algo que no me pone nervioso. Vivo bien, tengo ocho restaurantes y hoy por la noche voy a poder ir con mis niños a pasear.

—Una curiosidad, ¿de qué equipo eres?

—[Se ríe] En eso no soy tan vasco. Soy del Oporto.