¿Te animas a preparar un «Galician Chili Crab»?
En este original plato procedente de Singapur, el cangrejo se sustituye por centollo, y el cambio es una sorpresa del todo grata para el paladar
- Raciones4
Dicen que el marisco gallego es el mejor del mundo, y tradicionalmente la manera de cocinarlo era simplemente cociéndolo en agua salada. Poco a poco se fue incorporando a guisos y arroces, obteniendo unos resultados espectaculares. Ahora nadie se sorprende de ver un lubrigante con arroz, unas almejas a la marinera o una crema de nécoras. Pero el centollo, ¿con qué nos podemos imaginar el centollo? Al igual que de Galicia salen estos crustáceos para todos los lugares del planeta, de un rincón lejano nos hemos traído este Chili Crab en el que nos inspiramos para nuestra preparación.
El plato fue creado en 1950 en Singapur y en poco más de medio siglo de existencia se ha convertido en una de las referencias de la cocina de Singapur, a pesar de que los vecinos malayos trataron de atribuirse el origen. Nosotros no nos vamos a atribuir nada pues, para comenzar, utilizamos centollo en vez de cangrejo de barro como hacen en Asia, y los ingredientes y la preparación de la salsa también varían. El marisco atlántico le dará unos aromas y sabores que, como en muchos países de Asia suelen copiar costumbres occidentales, cuando menos lo esperemos veremos latas de Galician Chili Crab «Made in Thailand». Eso sí, no sabemos de dónde sacarán el centolla.

- 1 centollo de unos 600 gr
- 1 cebolleta
- 2 dientes de ajo
- 50 gr de jengibre
- 100 gr de concentrado de tomate
- 100 ml de zumo de lima
- 600 ml de caldo de pollo
- 1 hoja de limonero en tiras
- 2 huevos batidos y salados
- 1 chile picado
- Cilantro picado
- Aceite de sésamo
Comenzamos cociendo el centollo en agua salada durante 10 minutos. Retiramos y dejamos atemperar.
Por otro lado, en un wok cubrimos el fondo con aceite de sésamo y sofreímos a fuego muy bajo la cebolleta, el ajo y el jengibre muy picados.
Cuando estén cogiendo color añadimos el concentrado de tomate, el zumo de lima, el caldo de pollo y la hoja de limonero. Lo dejamos reducir hasta que comience a tener textura de salsa.
Mientras tanto, en un recipiente donde se pueden recoger los jugos, arrancamos las patas del centollo y las cascamos con unas pinzas. Preparamos el cuerpo desechando el aparato respiratorio (trozos triangulares) y lo partimos en cuatro trozos. Con un martillo también rompemos el caparazón en tres o cuatro trozos.
Vertemos el recipiente con los trozos de centolla en el wok a fuego muy fuerte y removemos unos dos o tres minutos.
Para terminar, sin dejar de remover añadimos los huevos, el chile (según nos guste más o menos picante) y el cilantro. Retiramos del fuego en cuanto cuajen los huevos.
Para la presentación utilizaremos el mismo wok, con un buen pan para mojar y unas tostadas. ¡Ah! Se nos olvidaba: ¡un buen montón de servilletas!
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