Audi es más que una marca. Sus cuatro aros simbolizan la pujanza y el orgullo de la maquinaria alemana que en los primeros años del siglo XX se convirtió en la gran referencia de la automoción. El gigante teutón es el resultado de la necesidad, el símbolo del esfuerzo colectivo para superar la crisis que llegó tras la Primera Guerra Mundial
RAFAEL BAUTISTA