El técnico tendrá que justificar en el terreno de juego su ratificación tras los aplausos a Rubiales, porque una derrota complicaría la clasificación al próximo Europeo
El porriñés dice que ha sido «el niño más feliz» en un Celta al que espera regresar y hace suya una estrofa del himno de C. Tangana: «Na ledicia son celeste e celtista no padecer»
El todavía céltico, con el acuerdo pendiente de firma, voló en la mañana de ayer a París para pasar el reconocimiento médico antes de unirse a su nuevo club