Poco después de las diez de una mañana soleada en Roma empezó una sentida homilía que ensalzó a un pontífice que «ha tocado mentes y corazones», según el decano del colegio cardenalicio, Giovanni Battista Re, encargado de la ceremonia. La eternidad para Jorge Mario Bergoglio está lejos del Vaticano. Fue su expreso deseo ser enterrado en su basílica favorita de Roma, donde reposan otros siete papas, aunque hace más de un siglo que no había un ritual así
IAGO GARCÍA