El grupo era la gran atracción del certamen pero sus muchas baladas relajaron en exceso su concierto El dúo británico de tecno-pop Pet Shops Boys demostró el jueves que su carrera prosigue una curva descendente y que sus mejores años han pasado, pese a ofrecer un concierto de grandes éxitos y marcado carácter festivalero. Eran la gran atracción del Sónar, pero Neil Tennant y Chris Lowe ya no están para muchos tiros y, si en su última gira pincharon, anoche esperaron veinticinco minutos para que llegara más público y, pese a ser quienes más audiencia congregaron, se quedaron en agua de borrajas.
RAFA QUÍLEZ