Triple jaque a la economía de O Grove

Rosa Estévez
rosa estévez O GROVE / LA VOZ

O GROVE

MONICA IRAGO

La crisis del covid-19 ha provocado el descalabro de la hostelería y agudizado los problemas del comercio. Y el futuro es incierto para Thenaisie y el Casino

10 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

No parece que vaya a haber ningún rincón en el que no impacte el tsunami económico provocado por el covid-19. Pero hay ayuntamientos en los que este año va a dejar unas huellas aún más profundas. O Grove parece ser uno de ellos. La península meca reparte su peso económico sobre dos pilares: el mar y el turismo. El primero resiste con cierta entereza los golpes de la crisis sanitaria. Pero el segundo amaga con hundirse: cierres perimetrales, límites draconianos para la hostelería y miedo -ese miedo que parece que tardaremos algún tiempo en conjurar- colocan contra las cuerdas a un sector que tiene mil caras y mil formas. Y todas ellas necesitan ayuda. Desde los hoteles que han trabajado el verano a medio gas, hasta los bares a pie de calle que viven durante todo el año de propios y extraños, pasando por los barcos de pasaje.

«O Grove é un pobo moi exposto polo peso que ten o sector turístico», razona desde el BNG Heladio Outeiro. Un sector para el que nadie tiene recetas mágicas, pero para el que todos los grupos de la oposición piden apoyo. «Pero niso, o Concello está chegando tarde, mal e arrastro», en palabras de José Antonio Otero, de Esquerda Unida. A esas críticas se suma el PP, cuya portavoz, Beatriz Castro, ha demandado en varias ocasiones que se aprueben bonificaciones y ayudas que el gobierno no acaba de sacar adelante. Asegura Cacabelos, el alcalde, que ese tipo de medidas tienen más que ver con operaciones cosméticas que con soluciones reales para los negocios al borde del cao. La hostelería sufre, y el comercio local también. Para este sector sí ha anunciado el ejecutivo socialista varias acciones: desde un market place para facilitar la venta on line, hasta unos bonos para incentivar las compras. Pero uno y otro proyecto siguen atascados cuando la campaña de Navidad ya está mediada.

Por si no fuese suficiente con la pandemia y sus consecuencias, en O Grove han estallado dos crisis en dos empresas cargadas de simbolismo. A mediados de mayo, la centenaria conservera de Thenaisie Provote entraba en concurso de acreedores. El grupo rumano Scandia Food parecía arrojar la toalla tras haber colocado a la firma y a sus más de ochenta trabajadores de O Grove, al borde del abismo. El conflicto estalló en un momento en el que todas las conserveras trabajaban a destajo para atender las demandas de un mercado atemorizado por el covid-19. Y aunque inicialmente parecía que había voluntad por parte de los propietarios de la firma de salvar el empleo y marcharse sin causar más estragos, el tiempo ha demostrado que no era así: la semana pasada, Alfonso Caneiro, que había presentado una oferta para hacerse con la firma y asumir una deuda millonaria, se hartó de las maniobras con las que Scandia respondía a sus ofertas. La liquidación parece estar a un paso. Y con ella, el fin de más de cien años de historia local.

El otro conflicto que ha estallado en O Grove afecta a otro símbolo de la localidad: el Casino de A Toxa. La sala de juegos lleva años en franca decadencia. En agosto, el comité de empresa pedía ayuda a la corporación: sospechaban que la empresa Luckia estaba trasladando la oferta de O Grove a la sala abierta en Vigo. Menos horario, menos servicios y traslados de personal eran las señales leídas como una amenaza para la continuidad del casino en A Toxa. La Xunta aseguró que ese peligro quedaría conjurado con la nueva Lei do Xogo de Galicia. Pero de ella, de momento, nada se sabe.