Las 29 estrellas Michelin en Negreira: «Aquí estamos mejor que en el cielo»

Laura García del Valle
laura g. del valle NEGREIRA / LA VOZ

SABE BIEN

Paco Rodríguez

Un evento solidario juntó a genios de la cocina como Arzak, Berasategui o Eneko Atxa

02 may 2019 . Actualizado a las 20:30 h.

Hasta hace no demasiado tiempo los eventos benéficos se llenaban de conocidos rostros del celuloide que daban visibilidad a la causa en cuestión. Caras de la televisión, el cine o la música servían de reclamo para que los ciudadanos de a pie pudieran conversar durante unos minutos con sus ídolos a cambio de un importe económico que iría directo a una obra benéfica. En el evento solidario en el que ayer se recaudaron fondos para la Asociación Anxiños, que ayuda a niños con trastornos mentales graves, todo y nada a la vez recordaba a esos grandes encuentros marbellíes sin ánimo de lucro. Todo por el desfile de estrellas, en este caso del firmamento Michelin, que se pasearon ayer por Negreira para apoyar tan digna causa. Nada porque, en este caso, los grandes alardes y el glamour pasaron a un adecuado segundo plano. Y eso que el plantel era de categoría.

Una vez finalizó la actuación de una increíble María Basarte que deleitó a los presentes -esos que habían pagado 50 euros para ayudar a Anxiños y pasar una jornada con sus ídolos- con el tema Lela de Dulce Pontes, la actriz Isabel Blanco invitó a subir al escenario de una nave del polígono industrial de la zona a Eneko Atxa, los hermanos Torres, Nacho Manzano, Paco Roncero, Martín Berasategui, Pedro Morán, Jesús Sánchez, Marián Marines, Mikel Sorazu y el dios de los fogones: Juan Mari Arzak. El televisivo Jordi Cruz también iba a mostrar su lado más solidario ayer, pero finalmente no pudo asistir y envió un vídeo.

Entre todos los grandes cocineros que estuvieron presentes ayer en Negreira suman un total de 29 estrellas Michelin. Y puede decirse que en sus manos ha estado, y está, la revolución culinaria que pone a España en el mapa de los destinos gastronómicos de referencia.

Para juntar a chefs de tan reputada condición nadie mejor que los hermanos Rogelio y Francisco Rial, propietarios del restaurante Casa Barqueiro e impulsores de la iniciativa que llamaron Estrellas solidarias en el Camino de Santiago. Para esta pareja, solo halagos, tanto por parte de los comensales, que los ovacionaron nada más ser nombrados, como por los propios cocineros. No por nada es el establecimiento de confianza de las grandes figuras de la cocina cuando se trata de salir a comer fuera. Ya lo dijo Juan Mari Arzak en el momento de dar las gracias por la invitación al evento en nombre de sus compañeros: «Los hermanos Rial son como de la familia», para añadir el todopoderoso de la cocina que si por él fuera no se iría de Negreira, pues en este concello gallego está «mejor que en el cielo».

Acompañó Martín Berasategui, cabeza visible del restaurante homónimo, estas agradecidas palabras de su colega con otras que gustaron casi más, si cabe. «Sois el templo de la gastronomía mundial y nos llenáis las neveras al resto». Lo dijo con garrote. Así que debe ser que lo piensa de verdad.

¿Quién pagaría hace 15 años por comer con un cocinero?

«Si es posible, no estéis mucho encima de ellos; son muy simpáticos y accesibles, pero para que puedan estar un poco tranquilos». Era la respuesta de un miembro de la organización del evento a la pregunta de si los periodistas podían hablar con ellos. Los cocineros. Los reyes del famoseo de la generación millennial. Lo cierto es que ni falta hizo que se remangaran la chaquetilla -que tampoco llevaban- para garantizarse el éxito en el bolo solidario de Negreira. Llovieron selfies y corrillos, sobre todo entorno a los rostros más populares, como Martín Berasategui o los hermanos Torres, habituales de la televisión. De hecho, a más de uno y de una se le cambió el semblante al enterarse de que el implacable jurado de Masterchef, Jordi Cruz, finalmente no había podido viajar hasta las tierras de Breogán.

Daba gusto ver a tan ilustres cocineros comer todos juntos, sin ponerse quisquillosos y, eso sí, a diferencia del resto de comensales, sentados en una mesa ligeramente apartada. El menú de la jornada, a cargo de A Mundiña, consistió en jamón y salchichón Cinco Jotas, empanadas variadas -de masa de castaña con bacalao, de maíz con xoubas o chipirones-, lamprea en escabeche y vaca estofada con castañas entre otros pequeños bocaditos. Todos contentos. Tanto como el resto de rostros populares gallegos que se dieron cita en el evento. Xosé Ramón Gayoso o la concursante de la actual edición de Masterchef, la coruñesa Teresa, fueron el centro de buena parte de las fotos que poco después subirían muchos de los presentes a sus cuentas de Instagram.

Una réplica, seguro, de lo que hicieron Paco Roncero (La Terraza del Casino, Madrid), Eneko Atxa (Azurmendi, Vizcaya) y el cantante Huecco, que también acudió a la cita para amenizar la velada. Se acababan de conocer, pero parecía que llevaban horas de charla a sus espaldas. Sobre todo por el consenso en las respuestas. Lo importante eran los niños para los que va destinado el dinero recaudado. Y los tres tenían claro que Casa Barquero se trata de un templo de la gastronomía digno de ser mencionado si se les pregunta por un referente culinario en la comunidad. Con lo de ser celebrities, comunión también entre ellos: «Eso pasa hoy a un segundo plano; no es lo importante», dijo Atxa. Roncero y Huecco asintieron.