Pepe Vieira, tras recibir su segunda estrella Michelin: «Es un premio a 22 años de constancia y de creer en nuestros valores»
PONTEVEDRA
Su restaurante de Poio logra un nuevo reconocimiento gastronómico entre los tres que se repartieron en todo el territorio nacional. Iguala con este reconocimiento a Culler de Pau
23 nov 2022 . Actualizado a las 09:41 h.Pepe Vieira (Raxó, 1973) reconocía unos minutos antes de la gala de la Guía Michelin que se celebró este martes en Toledo que «tengo la misma excitación, las mismas ganas y el mismo miedo que hace 22 años cuando abrí mi primer restaurante». Tras subir al escenario para recoger la segunda estrella para su restaurante Camiño da Serpe, en Poio, este cocinero de Raxó volvió en su mente dos décadas atrás para en un abrir y cerrar de ojos repasar una trayectoria que ahora lo encumbra, junto a Culler de Pau, a lo más alto del panorama gastronómico gallego y lo pone en el mapa nacional. «Le doy las gracias y la enhorabuena a todo mi equipo, no solo al del restaurante, sino al del Ultramar, a los de eventos y de administración. Gracias a todos los que ponen su grano de arena para poder llegar hasta aquí», explicó el cocinero de Raxó, que sobre el escenario de la gala, dedicó en especial el premio a Óscar, su jefe de cocina, con el que lleva 15 años y a las parejas de todos los profesionales que se dedican a la cocina y en especial a su mujer, que lo acompañó en una cita tan importante.
Ese equipo humano que encabeza son en realidad una orquesta de cerca de 60 personas en la que cada uno desempeña una función para que el universo Pepe Vieira pueda funcionar cada día e ir creciendo como lo ha hecho con el paso de los años. Al restaurante de Camiño da Serpe sumó más tarde A Ultramar, una taberna «canalla» en el centro de Pontevedra, y una división de eventos que desde hace un año centraliza las celebraciones en el renovado Pazo da Buzaca de Moraña. En ese universo gastronómico que creó alrededor de su figura está también un huerto ecológico de cuatro mil metros cuadrados que abastece a Camiño da Serpe, y un hotel de naturaleza que rodea al restaurante en la ladera de la montaña sobre la que se asienta.
«La última cocina del mundo», como llama a su proyecto, resume su forma de entender la vida y la gastronomía. Todo se apoya en Galicia, en su cultura y sus tradiciones. Su orografía, sus productos, la mitología y las leyendas sustentan un proyecto que este martes le ha valido su segunda estrella Michelin. En sus menús se cuenta la leyenda de Romasanta o el Señor de Andrade. «Es un premio a 22 años de trabajo y constancia, de creer en nuestros valores y nuestra forma de hacer las cosas. Es fruto del trabajo diario de estar entregados a nuestros clientes y vivir al pie del cañón. Es un premio para ellos, pero también para nuestros proveedores y trabajadores. Nuestro único secreto es la constancia y el trabajo de permanecer siempre unidos», decía Pepe Vieira tras recoger su segunda estrella.
Hace una semanas, en una entrevista en La Voz de Galicia, el cocinero reconocía que «las estrellas no son la meta, nosotros trabajamos para atender a nuestros clientes. Si algún día nos la concedieran, nos sentiríamos muy orgullosos, pero seguiríamos trabajando en la misma línea que lo hemos hecho hasta ahora». Esas palabras que dijo el 2 de noviembre cobran hoy más importancia que nunca. Sabe que su vida laboral cambiará para siempre y está preparado para asumir el reto. Sus compañeros de profesión reconocen su talento y en un reportaje reciente, tanto Javier Olleros, de Culler de Pau, como Iñaki Bretal, de O Eirado da Leña, Yayo Daporta o Pepe Solla lo ponía en las quinielas de lo que este martes ha conseguido.
Pepe Vieira está hoy feliz de haber dado un paso en su carrera profesional. No se quiere olvidar de nadie en una vida que empezó a cocinarse entre fogones con algo más de 14 años cuando se matriculó en la Escuela de Hostelería en Santiago. Inlcuso aprendió de gastronomía, y mucho de la vida, en ese primer trabajo que con 15 años lo llevó al restaurante de un amigo de su padre en Canadá. Esas experiencias convirtieron a Josiño en Pepe Vieira. Haber destinado un millón de pesetas que su abuelo tenía para que él y su hermano se comprasen un coche a montar un restaurante fue el comienzo de una historia de la que solo se ha escrito una parte. Hoy empieza la siguiente.