La vendimia se revoluciona: de los excedentes de Rías Baixas a los viticultores de Ribeira Sacra que no tienen comprador

AGRICULTURA

Unións Agrarias asegura que, al problema con los tintos, se le suma ahora la espectacular cosecha de albariño, que rondará los 50 millones de kilos de uva
12 sep 2025 . Actualizado a las 09:29 h.Hace más de veinte días que Galicia inició la temporada de vendimia. Y aquella tranquilidad inicial, con la que las bodegas suelen abrir el período de la recogida de la uva ha saltado por los aires. La caída de los precios de la uva, el problema de los tintos y los excedentes de una cosecha que se prevé histórica en cantidad están ocasionando problemas en tres de las cinco denominaciones de origen gallegas: O Ribeiro, Ribeira Sacra y Rías Baixas. Así al menos lo considera Unións Agrarias, que pide a la Xunta que extreme los controles, impida la entrada de uva no autorizada y vigile que las bodegas paguen un precio justo por la cosecha.
Según esta organización agraria, Galicia ha vendimiado ya 38 millones de kilos de uva. La más avanzada es Rías Baixas, que ha recogido más de 31, seguida de O Ribeiro, que lleva otros cuatro millones: Valdeorras, dos millones de kilos; Ribeira Sacra, con 400.000 kilos; y Monterrei, donde la cosecha apenas llega a los 100.000 kilos porque acaban de empezar. El problema «é que esta é unha campaña convulsa en moitas denominacións», argumenta Carlos Basalo, portavoz de Viticultura de Unións Agrarias. Solo en Valdeorras y Monterrei «a situación está tranquila e a uva se paga a bo prezo porque ten demanda».
La situación más preocupante, asegura Basalo, es la de la Ribeira Sacra, donde «O ano pasado 350 viticultores quedaron coa uva sen recoller e este ano pensamos que vai pasar o mesmo». Porque lo que le están contando los viticultores «é que non hai demanda de uivas tintas». Así que, o mucho cambia la situación, o mucha gente volverá a quedarse sin entregar uva, «co que a estaremos condenando ao abandono», sostiene.
Basalo explica que muchos viticultores aguantaron un año sin comercializar sus producción, «pero a xente xa non pode estar dous anos sen ingresos». Por eso pide al sector, a las bodegas y a todos los operadores, que reflexionen y buscan una forma que permita seguir adelante a esta denominación de origen. «Esa zona vive da viticultura e do turismo e sen viticultura non hai turismo. Temos un problema no que temos que seguir traballando», insiste.
Excedentes a 30 y 40 céntimos en Rías Baixas
No están más tranquilas las cosas en Rías Baixas. Aquí, Unións Agrarias había pedido un aumento de los rendimientos, consciente de que en muchas viñas había más de los 12.000 kilos por hectárea que permite la actual normativa del consello regulador. «Xa se sabía que tiñamos enriba unha colleita moi grande, de 50 millóns de quilos, cando no 2014 colléronse 34 millóns e non 2024, 44 millóns», explica Basalo.
Una primera consecuencia de esta situación es que el precio de la uva ha bajado, hasta 70 céntimos en algunos casos. «O ano pasado a media estaba nos 2,5 euros e, este ano, entre 1,50 e 1,70», añade. Pero lo que más preocupa a esta organización son los excedentes, esa uva que se ha producido de más y que no podría entrar en la denominación de origen. «Se están ofertando, por parte dalgunhas adegas, 30 e 40 céntimos por quilo desa uva e estamos preocupados de que acabe entrando e distorsionando o mercado», sostiene Basalo.
El problema, insiste, es que esa uva se comercializa en B, utilizando tarjetas de otros viticultores que no cubren el cupo o no venden uva. De esta forma puede entrar en las bodegas uva a un precio más bajo, en lugar de ser destruida o destinada a vino de mesa, que es lo que debería suceder con ella. «Pedìmoslle ao consello regulador que se poña as pilas e evite que esa uva entre. E tamén a Medio Rural, que ten competencias na materia», insiste. Y recuerda que aquellas bodegas que metan esa uva «están cometendo un fraude», concluye.
Tampoco van todo lo bien que deberían las cosas en O Ribeiro, donde las variedades autorizadas, como la Palomino, apenas se cotizan a 50 céntimos. «Menos mal que no se cumpriu o que se anunciaba de pagar estas uvas a 30 céntimos», cuenta Basalo. El problema es que ni siquiera los precios de las variedades preferentes, como Godello, Loureiro o Treixadura, suben. «O viticultor está pasando un período de incerteza porque non sabe se replantar ou abandonar todo. E esta é unha das poucas actividades económicas que quedan la provincia», insisten desde Unións Agrarias.
UU.AAA pide más inspecciones para que se cumpla la ley de la cadena
Para el vicesecretario de Unións Agrarias, «unha baixada do prezo da uva vai significar novos abandonos», aseguró Félix Porto. Por eso quiso apelar a la sensibilidad de las empresas y las administraciones «para evitar que isto suceda porque se algo parou o lume, foron os agricultores e gandeiros». La organización agraria mantuvo un encuentro con responsables de la Agencia de Información y Calidad Alimentaria (AICA) para pedirles que estén alerta ante los incumplimientos de la ley de la cadena y avisarles de que van a denunciar aquellos casos que puedan demostrar.
La formación remitirá en los próximos días una carta a las bodegas para recordarles que la uva se vende mediante contratos escritos, que tienen que estar registrados y en los que debe figurar el precio de venta. Este debe, además, ser superior a los costes de producción. «Imos facer un control para que todos os operadores que están funcionando nesta vendima cumpran coa lei», añadió Porto, quien recordó que «non podemos permitirnos o luxo de que abandone ningún viticultor máis».
También lamentó que se hagan despliegues policiales para controlar que todos los trabajadores de la vendimia tiene contrato «e despois se nos diga que non hai posibilidade de facer inspeccións nas adegas», añadió. Porque resulta imprescindible evitar que los excedentes, como los que hay en Rías Baixas, lleguen a las bodegas. Reclama a la Xunta que haga las correspondientes inspecciones y que paralice las grandes plantaciones ligadas a la bodegas. Algo que se conseguiría, añade, si se condicionaran las ayudas a las industrias a que estas compren uva a los viticultores. «Non é lóxico que se lle concedan axudas ás adegas para mercar a súa propia uva», concluyó.