Tres reglas distintas enredan la gestión del bocarte en el noroeste
PESCA Y MARISQUEO

Del Miño a Fisterra se gestiona como si fuese diferente al que hay de ahí al Bidasoa
09 ago 2025 . Actualizado a las 04:45 h.Igual que otros recursos pesqueros, el bocarte (anchoa o boquerón) se gestiona por zonas, trazando líneas imaginarias a partir de unas coordenadas. Por recomendación científica, las dos que hasta el año pasado lo regulaban en el litoral atlántico ibérico se ha convertido en tres: el golfo de Cádiz, la franja que va del sur de Portugal hasta Fisterra y de ahí a la desembocadura del Bidasoa, en la frontera con Francia. Si en Cádiz la gestión está clara porque cada barco dispone de su propia cuota, en el noroeste español es un enredo porque aún se divide.
Al menos de momento. Los científicos que llevaron al Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES) a proponer a la Comisión Europea separar el boquerón del golfo de Cádiz del de Portugal y de parte del Atlántico gallego investigan la «evidencia» que revelan estudios. De momento «sugieren que existe una conectividad» entre el bocarte que se mueve del sur de Portugal a Fisterra y el que hay de ahí al Bidasoa.
Si finalmente comprueban que son la misma población o, cuando menos, que están interrelacionadas, el siguiente paso podría acabar con el lío actual del bocarte en el noroeste español.
Del río Miño a Fisterra se gestiona en una bolsa común que, como acaba de demostrarse con el aluvión en la ría de Muros y Noia, alienta la pesca olímpica porque la flota no se autorregula y el ministerio no ha fijado topes.
Desde este año, de Fisterra a la frontera con Francia hay dos modelos. El bendecido por el ministerio a propuesta de las organizaciones de cerqueros agrupadas en Opescantábrico les concede el 90 % del cupo para esa zona, marcando sus propios límites de capturas. A los barcos no integrados en Opescantábrico los regula Pesca, estableciendo topes por embarcación y día.