Patrocinado porPatrocinado por

El alza de las descargas de crudo urge la apertura de Repsol en Langosteira

Elena Silveira
E. Silveira A CORUÑA / LA VOZ

PUERTOS

Un petrolero en el pantalán 4 de San Diego
Un petrolero en el pantalán 4 de San Diego MARCOS MÍGUEZ

El tráfico de petróleo sin refinar creció el 18 % en el último año, y el 25 % desde el 2012

26 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Las descargas de petróleo van a más en A Coruña. El crecimiento sostenido del tráfico de crudo en el puerto entre el 2012 y el 2022, por encima del 25 %, urge la entrada en servicio de la terminal que Repsol inaugurará el 3 de marzo en Langosteira, alejando definitivamente los grandes petroleros de la ría.

Dos de las once tuberías del poliducto que la compañía tendió en los últimos 24 meses a lo largo de 3,8 kilómetros desde el puerto exterior hasta la refinería transportarán crudo. Por esos vasos colosales circularán cada año 5 millones de toneladas de hidrocarburo que hasta ahora llegaban a San Diego (en el 2022 con una subida del 18 % sobre enero del 2021) y que suponen una tercera parte del tráfico total del Puerto. El organismo estatal que preside Martín Fernández Prado cerró el año pasado con un movimiento de 15 millones de toneladas y un crecimiento del 25 %, el mayor del sistema portuario español.

A medio plazo, el poliducto será, junto con el enlace ferroviario al puerto exterior, una de las herramientas clave para liberar los 394.752 metros cuadrados de San Diego. De todas formas, aunque Repsol acelerase su traslado, el muelle seguiría cerrado a la ciudad. Allí operan otras empresas que mueven mercancías sensibles y necesitan el tren para operar. Por tanto, hasta que el enlace ferroviario a Langosteira no esté terminado, A Coruña no tendrá acceso a San Diego.

Solo a partir de entonces se abrirá la posibilidad de integrar este espacio en lo que será la mayor oportunidad urbanística que ha tenido a su alcance la ciudad quizá en el último medio siglo. Esa superficie tiene capacidad para albergar con creces el centro de Betanzos. Por el momento, las Administraciones no tienen un plan concreto para transformar esa zona, pero ese proyecto requerirá la cooperación del Ayuntamiento, la Xunta y el Gobierno central, dado su gran calado económico y urbanístico.

Aunque la Autoridad Portuaria ya abrió para disfrute de la ciudadanía los muelles de Calvo Sotelo, Trasatlánticos y Batería, la gran preocupación es la deuda de 300 millones de euros de los 330 que obtuvo del Banco Europeo de Inversiones (130) y de Puertos del Estado (200) para pagar Langosteira, en la que se han gastado 1.000 millones de euros. Cuando suscribió estos préstamos, el Puerto contaba con poder culminar la operación urbanística de privatización de Batería y Calvo Sotelo y de parte de San Diego, tal y como estipulaban los acuerdos del 2004, que le reportarían 250 millones de euros para hacer frente a la deuda.

Pero esa venta no se produjo y el Puerto, que en el 2019 facturó 31 millones, antes del bajón que supuso el covid, logró recuperarse en el 2021. De todas formas, entre el 2022 y el 2025 tiene que pagar 7,5 millones al año para amortizar los préstamos (más los intereses que se han disparado), poniéndose en riesgo de quiebra. A partir del 2026 la cifra sube a 13 millones anuales más intereses. Aunque prácticamente todas las instituciones de la ciudad solicitan al Gobierno central la condonación de esa deuda, como se hizo en otros puertos.

No menos de 130 millones de euros costará integrar los muelles en la ciudad

El presidente de la Autoridad Portuaria, Martín Fernández Prado, planteó hace tiempo que las cantidades necesarias para urbanizar e integrar los muelles de Batería, Calvo Sotelo y San Diego en la ciudad superarían los 130 millones de euros o incluso más. Desde la entidad portuaria estiman que estas zonas deben incluirse en los planeamientos futuros y que en el caso de Batería y Calvo Sotelo, el Puerto contabilizó entre 25 o 30 millones de euros, sin tener en cuenta todas las intervenciones previstas. En el caso de San Diego, los proyectos aún están muy verdes para aventurar cantidades, aunque podrían superar los 100 millones.

Por otro lado, el Puerto no maneja la posibilidad de que la actividad industrial abandone el muelle del Centenario, pues cree que es la mejor opción para una terminal de contenedores o cargas rodadas —transporte en ferri de camiones con mercancías—, y una oportunidad para la ciudad.