Los colectivos de recursos han hecho de la diversificación su tabla de salvación
23 ago 2025 . Actualizado a las 21:17 h.Diversificar. Esta es, en estos momentos, una palabra clave para el sector del mar arousano. En situación de colapso productivo, encontrar alternativas a los bivalvos que alimentaban las lonjas se ha convertido en una prioridad. Obviamente algas, ortiguillas, poliquetos y bivalvos menos conocidos que almejas y berberechos no van a suplir a estos últimos productos: ni en cantidad, ni en precio, ni en capacidad para sostener a un sector que dio empleo en la ría —tanto en el mar como en tierra— a miles de personas. Sin embargo, el trabajo de esas nuevas especies puede ayudar a disminuir la presión sobre los bivalvos de concha blanca que han dado justa fama a Arousa y ayudar a cuadrar cuentas.
«Son recursos que están aí e que temos que aproveitar», señala el patrón mayor de A Illa, Juan Rial Millán. Su intención es, si los informes técnicos lo respaldan, ampliar «en dous ou tres barcos» el colectivo de recursos específicos para «diversificar do marisqueo». También al patrón mayor de Vilanova, Lino Díaz, querría poder ampliar el colectivo de recursos específicos, el único que está resistiendo el envite de la crisis, pero ni sus integrantes ni los informes biológicos parecen aconsejarlo. Cambados y O Grove son otros puertos en los que los «recursos específicos» están sosteniendo a un sector que se puede considerar afortunado visto la que está cayendo.
Estos colectivos se articularon originariamente alrededor de la extracción de navajas y longueirones. Pero la captura de estos dos mariscos, que se han ganado su respeto en nuestra gastronomía, se ha ido completando con otros productos. En A Illa, las algas y las ortiguillas contribuyen a las cifras de este grupo profesional, que en lo que llevamos de año ha generado una facturación de casi 340.000 euros. Por facturación, navajas y longueirones son los productos con mayor peso; por kilos, las algas; por precio medio, la ortiguilla, cuya cotización promedio supera los 20 euros por kilo.
En Vilanova, el colectivo de recursos específicos está formado por alrededor de una decena de personas que, además de la navaja y el longueirón, trabajan también ortiguillas, algas y añaden al sumatorio los poliquetos. Este último grupo ofrece unos datos asombrosos en cuanto a precio: oscila este entre los 0,14 y los 208 euros por kilo: de la nada, al máximo de la lonja alcanzado por un lote de gavilán.
En la sala de subastas de O Grove, a la nómina habitual de productos marisqueros y pesqueros se suman algunas especies particulares. La meca es la única sala de subastas a la que llega percebe, si bien este es un recurso en retroceso en O Corgo. Las algas funcionan bien, igual que una de las especies que se ha convertido en santo y seña del puerto: el erizo. Pero a la lista hay que sumar los poliquetos —extraídos por el colectivo de recursos específicos— y el cornecho espinoso, una especie invasora a la que el sector del mar grovense ha querido plantar cara buscándole una salida comercial, en este caso de mano de los sectores de marisqueo a pie y a flote. Y no es que se extraigan grandes cantidades de este producto, pero todo contribuye a la hora de hacer cuadrar las cuentas.
«A xente dos recursos específicos son, con diferenza, os que mellor están aguantando», asegura el patrón mayor de Cambados, puerto en el que además de navaja y longueirón se descargan algas. En esta localidad hay también un pequeño grupo de mariscadores que recogen poliquetos bajo pedido para redondear sus ingresos.
Unha de cal e outra de area: as dúas caras da tempada de verán do marisqueo
Coa aproximación do fin da tempada do verán, as confrarías comezan a facer un balance dos números que deixaron estes últimos meses. Pero non todas as realidades son as mesmas. O caso da Illa de Arousa difire terminantemente do de Vilanova. Respectivamente, Juan Rial Millán e Lino Díaz, patróns maiores das confrarías, relatan a súa perspectiva e completan as dúas caras dunha mesma ocupación.
Dende A Illa, Rial Millán relata un panorama con un bo prognóstico. «O traballo foi positivo, tivemos unha pequena baixada nesta última quincena de agosto que sole ser habitual, pero dende que empezou o verán foi perfecto». A valoración na lonxa é categórica, «en relación cos outros anos temos unhas conclusións moi positivas». Así tamén, os elevados prezos que superaron os do Nadal responden a unha tendencia onde «cambian os costumes, xa que se consume moito máis marisco no verán. Nadal para o sector do mar agora é o mes de xullo e agosto».
Porén, o panorama de Vilanova é tormentoso. O problema emerxeu o ano pasado, cando foron «tres meses ao mar, fixeron móstreos e non había marisco». Segundo Díaz, este ano, «a maioría dos traballadores están abandonando o mar. De 81 barcos de marisqueo a flote estamos indo 12 ao mar, os de a pé temos bastante xente de baixa». Logo dun ano e medio, abriu O Ariño tanto para o marisqueo a flote como a pé, e iso foi o que marcou a diferenza. «Aliviounos a carga e salvounos o verán, pero os mariscadores que estamos indo á mar non somos capaces de soster a confraría. Por iso estamos mirando de tomar medidas drásticas». No 2024 xa houbo un ERTE.