«El artilugio reproduce el timbre de la voz sin apenas alteraciones». En 1888 nuestro diario reseñaba las maravillas del fonógrafo de Edison, que pocos años atrás había patentado su modelo de teléfono. Hablar a distancia y grabar la conversación. A más de uno esta idea le provoca también estos días un sudor frío, aunque por distintos motivos. Ya lo avisaba el cronista: «El tiempo se encargara de enseñarnos el valor de este invento»
Jesús Flores