Se ha escrito un crimen. Hay guiones mucho menos rebuscados que los de algunas de las muertes reales más oscuras de Hollywood. El caso de Gene Hackman y su mujer es solo el último de una larga historia de sospechas y dudas
De todas las campañas de márketing de los Óscar, superada la etapa salvaje de los Weinstein, las facultades de Publicidad deberían apuntar el modelo de las patatas Bonilla
Esto es un atraco. Ya lo dijo Groucho Marx cuando Grace Kelly arrebató el premio a Judy Garland en 1955: «Querida Judy, este es el mayor robo desde Brink», en referencia a un atraco en Boston en los cincuenta. Pero aquella injusticia no fue la primera, ni la última
Sus «tuit, tuit» matutinos, y esa claridad suave que en estos días empieza a suavizar la noche, avisan de que la primavera está a la vuelta de la esquina
Con la iglesia hemos topado. Ha sido aventurero, nazi, Heathcliff, Voldemort, chico Bond y hasta Ulises. Pero hasta ahora no se había puesto una sotana. Su cardenal Lawrence, en «Cónclave», podría darle su primer Óscar
Todo es cuestión de tiempo. De ser el más rápido. Esto, que una se imaginaba que pasaba solo en ciudades más grandes, se ha convertido en lo normal en A Coruña
Tenías que ser tú. Salvo el brillo de labios de Meg Ryan, que no tiene remedio, el resto de la escena es la recreación del Fin de Año perfecto. No sobra ni una coma en el diálogo que Nora Ephron escribió para culminar la historia de Harry y Sally en medio de un cotillón